El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, asistirió ayer a la misa que se celebrará a las 19 horas en es Capdellà (Calvià) en honor a Sant Sebastià, en un gesto que vecinos de este núcleo tradicional han interpretado como un intento de limar asperezas con el pueblo después de las controvertidas relaciones que han mantenido con el párroco en los últimos años.

Uno de los motivos de controversia fue la decisión del párroco Antoni Mercant de no dejar sacar la talla del santo para la procesión anual que se celebra por Sant Sebastià. Esa medida, justificada por motivos de conservación, se adoptó en 2016 y, desde entonces, los vecinos sacan un cartel con la imagen del santo, que encabeza el acto que se celebra al margen de la parroquia.

El cierre de la iglesia por falta de feligreses en las misas ha sido otro de los factores que ha molestado a los vecinos de esta pequeña localidad. Ese cierre obliga incluso a que, para celebrar un funeral, los capdellaners se tengan que desplazar al núcleo vecino de Calvià.

En es Capdellà, defienden la estrecha relación del pueblo con su parroquia y, en este sentido, recuerdan que la iglesia antigua se tuvo que derribar como consecuencia de los destrozos que provocó el impacto de un rayo en el año 1978. Después, se reconstruyó con donaciones de la gente del pueblo, de ahí que haya vecinos que consideran que "la iglesia es del pueblo" y que, "si el párroco no quiere oficiar misas, debería devolver la iglesia al pueblo".

Misa de domingo

Todo ello, unido a la expulsión de la asociación Dones Solidàries de un local adjunto a la iglesia, motivó que algunos vecinos contactasen con el Obispo Taltavull personalmente, en un intento de solucionar el problema y limar asperezas entre ambas partes.

El sábado, desde el Obispado de Mallorca se confirmó a este diario que Taltavull presidiría la misa del domingo en la iglesia de es Capdellà, prevista para las 19 horas. A día de hoy, en el pueblo, hay opiniones para todos los gustos. Los hay que están contentos, porque creen que la asistencia del Obispo puede acabar solucionando los diversos contenciosos existentes. Otros, más escépticos, temen que no acabe sirviendo para nada.

En lo que sí que hay consenso es en expresar asombro por el hecho de que los vecinos que organizan cada año la procesión de Sant Sebastià no sepan aún si van a poder sacar la talla del santo de la parroquia para llevarla en procesión, una tradición centenaria. En caso contrario, los vecinos informan de que volverán a sacar un cartel con la imagen de Sant Sebastià.

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