Las Beneïdes más vistosas y famosas de Mallorca no defraudaron las expectativas, a pesar de la lluvia intermitente que cayó por la tarde. Un año más, pasadas las 'revetlles', Muro fue uno de los epicentros de las fiestas de Sant Antoni que concluyeron ayer con unas Beneïdes multitudinarias en las que no faltaron las clásicas imágenes protagonizadas por animales de todo tipo y por trabajadas carrozas con motivos propios de la payesía y otras propuestas más imaginativas.

Poco antes del hora programada para el inicio del desfile, las 15,30 horas, la lluvia hizo aparición en Muro, obligando al público a abrir sus paraguas y cruzar los dedos para que el acto pudiera llevarse a cabo con normalidad. En la mente de todos estaba el día de Sant Antoni de 2017, cuando la lluvia obligó a suspender las Beneïdes entre la desolación general. Finalmente, el desfile se llevó a cabo porque la lluvia respetó buena parte del desfile, aunque al final reapareció con más fuerza.

Los animales ocupan el primer plano de la expectación popular. Bestias de todos los pelajes, razas y tamaños se someten al agua bendita rociada por el rector de Muro, Pere Gerard, ayer acompañado por el obispo Sebastià Taltavull, ante la atenta mirada de los miles de personas que se concentran en ambos lados del itinerario.

L os grandes rebaños de ovejas o de ocas fueron los más aplaudidos . Numerosos caballos, perros, gatos o canarios rivalizaban con otros animales más exóticos que también suelen participar en el desfile, en el que las carrozas también destacan por su originalidad y buen hacer.