Apagones repentinos, una falta evidente de intensidad lumínica en muchas zonas de la ciudad o la carencia de un horario coherente de encendido y apagado del alumbrado público, han hecho que el ayuntamiento de Manacor pierda la paciencia y se plantee rescindir la concesión del servicio por incumplimientos graves, a falta todavía de seis años para que terminen los diez firmados con la UTE Endesa Ingeniería, Enel-Sole y Endesa Energía SA.

Las numerosas quejas vecinales durante todo este tiempo ponen de manifiesto la gravedad del problema. "Llevamos ya mucho tiempo cursando requerimientos a la empresa para que nos explique determinadas cosas y actuaciones que no entendemos, y que creemos que no se ajustan al pliego de condiciones", explica Pedro Rosselló, concejal local de Medio Ambiente. "Siempre nos salen con evasivas y ya estamos cansados".

Un hartazgo que de momento se ha traducido en la apertura de un expediente a la empresa por "incumplimientos graves", amparados en informes técnicos y de ingenieros municipales, que no han sidoni respondidos ni subsanados por la concesionaria.

"Cuando firmamos el acuerdo creimos que sería lo más positivo para el Ayuntamiento, que nos quitábamos un problema de encima y que saldría rentable económicamente", recuerda Rosselló, quien además se queja de la lentitud de la empresa a la hora de solucionar problemas cotidianos pero que afectan a toda la ciudadanía.

Y es que la UTE esgrime que el consistorio le pide cosas que no están estipuladas sobre el contrato. Lo que ha obligado al Ayuntamiento a crear un procedimiento de interpretación de la mesa de contratación para intentar clarificar las responsabilidades de ambas partes.

"Es que quedan seis años más de concesión, no seis meses; con lo que hay que encontrar una solución porque así no podemos continuar", resalta el concejal, quien anuncia que tanto técnicos como juristas del consistorio ya están trabajando para una posible rescisión, "aunque en estos momentos no sea lo más deseable".

Desde septiembre de 2014

Y es que cabe recordar que en septiembre de 2014 el pleno local aprobó la concesión inicial del servicio, por la que el consistorio debía abonar 5,3 millones, a razón de veinte pagos de 266.750 euros; a lo que también hay que sumarle el IVA del 21%, con lo que el desembolso total será de 6,4 millones de euros.

Durante la sesión plenaria de anteayer el edil de Volem Manacor, Carles Grimalt, hizo palpable el malestar de la calle ante los continuos fallos, así como de la poco respuesta efectiva de la empresa, que controla el servicio desde su sede de Sevilla, lo que hace que la desafección sea todavía mayor por la lejanía en la gestión.