Camisa blanca, pañuelo rojo y muchas ganas de pasarlo bien desde primera hora de la mañana. Así es como ha amanecido este miércoles Artà. Bajo el influjo de Sant Antoni y sus canciones, de las hierbas dulces y los cuernos que asomaban tras cada calle, tras cada escaparate.

Aunque no ha sido hasta las nueve de la mañana cuando todo ha explotado. Ha sido con la tradicional y apoteósica salida de los dos dimonis, Biel Ferriol y Xisco Sansó, Mosca Júnior desde la Casa des Trull, la de ca l'Obrer mossèn Joan Servera, en la plaza Conqueridor.

Con las gargantas a todo trapo y las zapatillas dando brincos, los artanencs han empezado ha llenar de verdad las calles al son de la música, hasta el punto de que apenas cabía nadie más en determinados puntos del recorrido. Todo ello entre mesclat, pomada y mistela.

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En una fiesta cada vez más masiva y que corre el riesgo de ser fagocitada por éxito, pese a que de momento la tradición se siga imponiendo al gran despliegue de seguridad que reinaba este miércoles en las entradas a Artà, donde los más rezagados apenas encontraron sitios para aparcar.

Asimismo la presencia de autoridades políticas y rostros conocidos del panorama sociocultural, se mezcló con los entusiastas y los músicos que cada Sant Antoni ponen banda sonora a la celebración, con gloses y cánticos.

El Ayuntamiento había recomendado no sacar este miércoles el vidrio a la calle para la recogida selectiva, a causa de la gran concentración de personas a lo largo de todo el día y por si pudiera emplearse en cualquier tipo de pelea o incidente incívico.

'Gloses' feministas

Por otro lado el colectivo Ses Madones de sa Festa se hizo notar y puso un acento reivindicativo a la celebración. Este movimiento feminista reclamó el papel de la mujer en estos festejos y en la sociedad en general, con unas afiladas gloses sobre temas comos los roles de género o la violencia sexista.

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