Un año más, el festivo día de la 'revetla' de Sant Antoni, también llamado popularmente 'dissabte de Sant Antoni', ha tenido su excepción en el pueblo de Algaida, en la comarca del Pla de Mallorca. El emblemático ritual de los Cossiers fue de nuevo protagonista en la plaza de la iglesia. El motivo: honrar al patrón Sant Honorat (vea aquí las fotografías)

El cielo encapotado y el frío no fueron obstáculo para el lucimiento de las danzas: ses Bombes, l'Oferta (este en el interior del templo), Mestre Joan, Els Reis, sa Dansa Nova, el Mergansó, s'Obriu-nos, Flor de Murta, Titoieta-Mort del dimoni y una vez más, ses Bombes.

Blanco puro, cascabeles, cintas de colores, sombreros, pañuelos, reliquias, murta, canya fel·la, picarol... Los elementos típicos que envuelven a los Cossiers, dama y dimoni fueron fieles a la cita de cada mediados de enero.

Varias teorías explican el sentido de los Cossiers: antiguo rito matriarcal, deseo de fecundidad, prosperidad de las cosechas del campo, procesión religiosa, victoria del bien sobre el mal, simple transgresión, vinculación a las 'corregudes del cós'... En cualquier caso, siglos de historia les amparan.

En esta ocasión, los nombres propios del conjunto de Cossiers, dama, dimoni y músicos que aportaron el sonido autóctono con sus 'xeremies' y 'flabiol': Jordi Juan, Pere Ferragut, Joan Antoni Juan, Xesc Cerdà, Lluc.

El momento más emotivo y trepidante volvió a ser cuando se interpretó Titoieta-Mort del dimoni. La aceleración del ritmo musical y las acrobacias del dimoni, que terminó pisoteado, mereció una sentida ovación. Eso sí, el dimoni resucitó e hizo de las suyas de inmediato.

No faltaron altos cargos políticos. Además de la Corporación municipal dirigida por la alcaldesa Maria Antònia Mulet, asistieron la consellera de Turismo y la delegada del Gobierno.