A pesar de que los sindicatos UGT y CCOO aplaudieron ayer miércoles el acuerdo de reindustrialización de la comarca de Lloseta anunciado por la ministra Reyes Maroto, los trabajadores de la fábrica de cemento lamentan que los ocho proyectos que se pondrán en marcha "en los próximos meses" solo salvarán unos cincuenta puestos de trabajo directos, lo que constituye aproximadamente la mitad de la plantilla laboral de la multinacional Cemex en Lloseta.

"Ahora ya sabemos que la mitad de la plantilla se irá a la calle, y si eres uno de los trabajadores afectados, el plan de reindustrialización no sirve para nada", apunta Vicenç Villalonga, presidente del comité de empresa de la fábrica de cemento.

Con la ministra de vuelta a Madrid y los focos apagados, los trabajadores han analizado fríamente el plan de reindustrialización y empiezan a ver tantas luces como sombras. "Es cierto que los proyectos son bienvenidos porque hace dos meses no teníamos nada, pero nuestra propuesta era mantener la producción de cemento y no ha sido posible; la mitad de la plantilla no tiene opciones de quedarse", lamenta Villalonga.

El próximo lunes empezarán las negociaciones a partir del ERE que presentará la empresa. "Entonces sabremos cuánta gente puede recolocarse y en qué condiciones, hay nerviosismo en la plantilla", apunta.

Por su parte, Roberto Serrano, de UGT, explica que "ahora lo que nos interesa es el ERE que se nos cae encima". A su entender, la cifra de empleos que se salvarán "es adecuada", aunque "intentaremos que sean más trabajadores". Serrano cree que los proyectos presentados, entre los que destaca una planta de hidrógeno renovable, "son viables", aunque "a medio y largo plazo".

Los trabajadores todavía no saben donde se levantará exactamente esta nueva planta de generación de hidrógeno. Cemex dispone de terrenos industriales y rústicos en el entorno de la fábrica que podrían albergar la nueva instalación de hidrógeno y el parque fotovoltaico destinado a alimentarla desde el punto de vista energético.