El ayuntamiento de Calvià de reposición presentado por la propiedad del Golf de Poniente contra la decisión municipal de clausurar la casa-club, el aparcamiento y el taller. La clausura, que el consistorio justifica por la ausencia de una licencia de actividad, no afecta al campo de golf en sí, que sigue abierto.
Según han informado fuentes municipales, tras la desestimación del recurso impugnatorio, a la propiedad le queda ahora la posibilidad de acudir a la vía judicial de lo contencioso-administrativo para defender su postura.
El precinto tuvo lugar el pasado 15 de diciembre, tal y como avanzó Diario de. Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local para ejecutar la notificación del consistorio calvianer. Fue el 5 de diciembre cuando la administración municipal comunicó a la propiedad que debía clausurar la actividad en la casa-club, el taller y el aparcamiento por falta de permisos. Como la medida no se llevó a cabo, diez días después se procedió a la ejecución forzosa, con el precinto de la sede.
Área de infracciones
En el origen de este expediente, se halla la decisión del Ayuntamiento de paralizar en mayo del año 2017 una operación de movimiento de tierras en el T Golf&Country Club, en que se iba a utilizar un gran cargamento de arena procedente del desierto del Sáhara, lo que provocó las críticas de asociaciones prosaharauis.
A partir de este momento, y con la denuncia de un particular de por medio, el área de Infracciones, Sanciones y Actividad del consistorio empezó a indagar en la situación legal de la instalación. Tras un análisis del expediente, los técnicos municipales de Calvià llegaron a la conclusión de que carecía de licencia de actividad desde que se inauguró, a finales de la década de los setenta.
En un primer momento, los servicios de inspección consideraron que el campo de golf en sí (los 18 hoyos) también se encontraba en situación irregular, tal y como relató el director general de Infracciones, Sanciones y Actividades del ayuntamiento de Calvià, Javier Montejo.
18 hoyos
Al tratarse de un expediente especialmente complejo, la administración municipal solicitó un dictamen a la Junta Autonómica de Actividades de Balears.
Este órgano consultivo concluyó que la licencia de obras para los hoyos, que databa de 1974, equivalía en la práctica a una licencia de actividades, por lo que su situación era legal.
La Junta, sin embargo, sí que dio la razón al Ayuntamiento al determinar que las edificaciones principales (la casa-club, el aparcamiento y los talleres) carecían de esos permisos, según informó Montejo a este diario.