Gabriel "Gaby" Reynés Alcover fue uno de tantos sollerics que emigraron a Francia para labrarse un futuro más esperanzador del que se dibujaba en la Mallorca de principios del siglo XX, una isla pobre y rural en la que difícilmente se podía hablar de futuro. Pero lejos de eso, este solleric afincado en Campanet, fue uno de tantos que, tras la invasión nazi del país galo, se alistaron a la Resistencia francesa para luchar contra el invasor alemán. Una tarea en la que dejó su propia vida para defender a sus compañeros del denominado Ejército Secreto.

De Gabriel Reynés se conocen pocos datos. Nació en Sóller. Tras pasar su juventud en Campanet donde trabajó en el campo, el joven se trasladó al norte de Francia para iniciar una nueva vida. Según cuenta el historiador solleric Antoni Quetglas, el conocido con el apodo de "solleric" se trasladó en 1927 a la ciudad de Rouen para trabajar en el negocio de sus tíos "Societé Alcover et Ginestra" que se dedicaba a la comercialización de frutas.

Según la información recopilada por el historiador solleric, Reynés aprendió a leer y a escribir tras emigrar a Francia y pronto se adaptó a las costumbres del país. Cuenta que en una vez retornó a Mallorca, en 1934, pero al cabo de poco decidió retornar a su país de acogida para continuar su vida allí. Adoptó la nacionalidad francesa y continuó su trabajo junto a sus tíos. Nada hacía presagiar que en junio de 1940 la vida de tantas personas se vería alterada con la invasión alemana de Francia. Los planes de futuro de miles de emigrantes españoles se fueron abajo.

Como tantos otros identificados en la causa de la defensa del país, Gabriel Reynés se alistó al ejército francés para luchar contra los nazis, aunque pronto acabaría detenido y encarcelado.

Tras su paso por el ejército y la cárcel, Reynés abandonó la milicia y se alistó en la naciente Resistencia francesa como tantos otros españoles que habían emigrado a Francia. Los partisanos del Ejército secreto trabajaban de forma clandestina en forma de milicias para luchar contra el invasor alemán. En su paso por la Resistencia, Reynés trabajó activamente en varias misiones. En su caso estuvo trabajando en la organización secreta que se formó en la Alta Saboya, junto a otros compatriotas españoles.

Su papel en la milicia se truncó en abril de 1944. En la última misión que le encomendaron, Gabriel Reynés tenía que llevar un mensaje secreto para solicitar la ayuda a sus compañeros milicianos para el grupo al que pertenecía, pero cayó en una emboscada. Fue trasladado a un campamento nazi donde fue interrogado y torturado por negarse a delatar a sus compañeros de la Resistencia. El historiador Antoni Quetglas señala que incluso llegó a perder un brazo durante su cautiverio. Su negativa a pasar cualquier tipo de información que delatara a sus compañeros partisanos propició que durante la madrugada del 6 de abril de 1944 fuera fusilado junto a otros milicianos en un bosque de Le Petit-Bornarnd-les-Glières, en la Alta Saboya.

Sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio nacional de Morette, donde aún reposan en la tumba que lleva por número el 72.