Malestar, impotencia, rabia y desesperación. El caso protagonizado por un deslinde dibujado hace treinta años en Portocolom (municipio de Felanitx) está tomando tintes dramáticos. Unas doce familias residentes en seis bloques en primerísima línea, entre las calles Pescadors y Cristòfor Colom, temen tener que entregar a finales de este mismo 2018 o a comienzos de 2019 las llaves de sus casas a Ports de les Illes Balears.
La mayoría de familias afectadas ya recibieron en agosto de este año una carta de Ports en las que se informaba de las extinciones de las concesiones de dichos inmuebles situados en área de su competencia. De hecho, en las misivas se remarca que, en base a la normativa vigente, las concesiones referenciadas se entienden extinguidas desde el 29 de julio. Por ello, los residentes en estos seis bloques se ven amenazados de ser citados ya para formalizar las llamadas actas de reversión.
La plataforma ha contratado al abogado Miquel Arrom (Bufete Arrom) y defiende sus argumentos con un muy elaborado informe. Se han mantenido entrevistas con el alcalde felanitxer, el presidente del Parlament, el conseller de Territorio, Energía y Movilidad, la dirección general de Puertos y Aeropuertos y representantes políticos de Més, Ciutadans y El Pi. Tiene pendientes más encuentros, por ejemplo con la delegada del Gobierno en Balears y representantes del PP y PSOE.
Se da el caso de que los seis bloques (impulsados en los años cuarenta del siglo XX) figuran en el catálogo de patrimonio de Felanitx. A menudo se ven turistas fotografiando estos edificios. Curiosamente, el deslinde de Costas incluye estos inmuebles pero no los otros de la misma vía. Hay ciudadanos que sospechan de que si se llegan a consumar las demoliciones se construirán superficies o locales comerciales y apartamentos de lujo, intuyéndose intereses especulativos. Algunos propietarios actuales subrayan que su casa que corre serio peligro es su primero y único domicilio y que habrá cuantiosos perjuicios.
La reivindicación
La Plataforma pel Front Marítim de Portocolom quiere que se autorice a los concesionarios (que pagan desde hace décadas la contribución y el canon de Ports) "a continuar disfrutando de la posesión de los inmuebles de forma provisional y mientras no se apruebe el preceptivo plan de usos y gestión correspondiente a la zona de servicio del puerto, demorando mientras tanto la formalización de las actas de reversión".
En el tramo de calle objeto del discutido deslinde de Costas se hallan los restaurantes Celler sa Sínia y Club Nàutic, además de la tienda Jetski Balear de motos náuticas y buggies.
Vecinos afectados, como Tomàs Alzamora y Margalida Barceló, aseguran que no consentirán que sus derechos se vean pisoteados. Apuntan que en múltiples ocasiones Ports les garantizó que nunca se llegaría a este extremo o que, de lo contrario, se les avisaría con mucha antelación. "Y no ha sido así, esto es una injusticia".
