Su testimonio dejó ayer mudo al público que asistía a la Jornada de Prostitución de Calvià. Su nombre, Amelia Tiganus. Cuando aún era menor de edad (17 años), fue vendida desde su Rumanía natal a un proxeneta español. Su precio: 300 euros. Recaló en un prostíbulo en Alicante, el primero de decenas que vendrían después.

"A mí me dijeron que la prostitución era divertida y que iba a ganar mucho dinero. Pero la verdad es que era sometida las 24 horas del día", explicó Tiganus, quien actualmente, tras dejar la prostitución, vive en el País Vasco y ejerce de prolífica activista feminista y coordinadora de Feminicidio.net.

Cuando era prostituta, vivió "sometida" las 24 horas del día. "Un prostíbulo es lo más parecido a un campo de concentración. Hay que estar 24 horas disponible. Expuesta a ver la pornografía que dan a todas horas en las pantallas. Expuesta a unos horarios estrictos que había que respetar. Expuesta a dormir hacinadas en el mismo sitio donde se había producido antes la penetración", contó.

Después de cinco años así, colapsó. "No podía más. Me negué a seguir. Me dejaron marchar, porque tenían a otras jovencitas para reemplazarme", relató Tiganus quien recordó que a partir de ese momento tampoco se encontró facilidades. "La sociedad te estigmatiza", lamentó.

Eso no le impidió adentrarse en el camino del activismo, al ir tomando conciencia de los intereses económicos que hay detrás de la prostitución. "Los estados la permiten, porque es rentable. Sólo en España genera 10 millones de euros al día", manifestó ante un público sobrecogido.

Mabel Lozano

Otra de las conferencias de ayer la protagonizó la cineasta Mabel Lozano, muy conocida por el gran público por su pasado como modelo y actriz de cine y televisión. Lozano ha realizado varios documentales sobre la prostitución en España y viene de publicar el libro 'El proxeneta'.

En su intervención de ayer, incidió en la idea de que "hay que poner el foco en los otros actores de la trata", en alusión a los proxenetas y los "prostituyentes".