Casi 30 años después de su implantación en Manacor, el 7 de enero de 1989, la ORA (Ordenanza Reguladora de Aparcamientos) parece perder presencia. Y es que el municipio actualmente cuenta con apenas 500 plazas azules de pago, 200 menos que hace, por ejemplo siete años cuando se propuso por última vez aumentar su número hasta las 800.
Las reformas peatonales de diversas calles del centro histórico y la subida en la utilización ciudadana de los dos parkings subterráneos de las plazas de Sant Jaume y Na Camel·la, han hecho que ni se plantee hacer crecer su radio de acción. "Hasta ahora estos aparcamientos soterrados estaban infrautilizados, aunque fueran incluso más baratos y no te cobraran multa", recuerda el gerente de la SAM (empresa municipal encargada de la gestión de ambas cosas), Francesc Grimalt.
Pero con la reforma y modernización de ambas instalaciones para que, definitivamente puedan abrir las 24 horas del día, el cambio de mentalidad está siendo tan evidente que hasta cuesta encontrar una plaza a cubierto en Sant Jaume (que tiene las dos primeras horas totalmente gratuitas), por ejemplo, "los días laborables de 11 a 13 horas", añade la responsable municipal del área, Maria Antònia Sansó. "Además, se está invirtiendo la percepción que el conductor tenía de aparcar delante de la puerta, porque al final ambos párkings están a apenas 200 metros del centro".
De hecho en octubre empezaron a colocarse las nuevas barreras de control, a las que ahora se les instalará un lector de códigos QR para que sea más sencillo salir sin necesidad de insertar ningún tique y un sistema de vigilancia por cámaras pra aumentar la seguridad. Todo ello unido a la habilitación de plazas para vehículos eléctricos, el repintado de todas las plantas y una mayor iluminación. "Todo ello hará que dentro de 2019 los dos puedan abrir ininterrumpidamente". Eso, paralelamente, implicará que también puedan reducirse el número de empleados de la SAM que hasta el momentos controlaban los aparcamientos subterráneos "y puedan dedicarse a otras labores de mantenimiento, por ejemplo", explica Grimalt.
Pero volviendo a la ORA y su futuro, para el gerente de la SAM "la tendencia a medio plazo es que la zona azul vaya desapareciendo y queden solo espacios para carga y descarga, unido a la creación de aparcamiento disuasorios para que los conductores no tengan que entrar en el centro". Asimismo Grimalt cree que el aumento del número de coches eléctricos "hará que la gente cada vez lo aparque en casa para así cargarlo". Cabe recordar que es ahora cuando la ORA de Manacor ha vuelto a recuperar los ingresos anuales que obtenía antes de la crisis, cuando las cifras se desplomaron y los vecinos huyeron a aparcar cada vez más lejos. Ahora se sitúan en los 150.000 euros al año, como en 2010.
