El pueblo de Sineu se convirtió ayer, un año más, en el epicentro de la cultura 'matancera' de Mallorca con una feria, la de Sant Tomàs, que ejerce de homenaje a la tradición ancestral que sitúa al cerdo como el amo indiscutible de la gastronomía autóctona. Desde hace dos años, en Sineu no se practican matanzas en vivo por prohibición expresa de la administración, pero la Fira de Sant Tomàs no ha perdido un ápice de interés porque los principales embutidos que se elaboran en las 'matances' constituyen el principal interés del evento comercial.

Se mantiene la tradición de repartir lonchas de pan con pasta de sobrasada frita. Cientos de personas dieron cuenta de ello durante toda la mañana, con largas colas de visitantes que no querían irse de Sineu sin probar la sabrosa 'sobrassada' elaborada por las carnicerías locales, que exhibieron y vendido los mejores embutidos de sus marcas.

El día soleado acompañó a la feria, que este año adquirió una dimensión mediática especial debido a la amenaza de suspensión que pesaba sobre ella por el conflicto entre el Ayuntamiento y la Policía Local. Finalmente, los agentes cubrieron la seguridad del evento y no hubo problemas.

La Fira de Sant Tomàs no tiene la fuerza de la tradicional feria de mayo de Sineu, una de las más importantes del calendario mallorquín, pero ofrece atractivos suficientes para pasar una buena mañana en la 'vila primera'. La proximidad de las fiestas navideñas convierte a la feria 'sineuera' en un buen escaparate de productos propios de esta celebración, bien representados en el 'mercadet de Nadal' que se instalaron tanto el sábado como ayer en el carrer Gran.

Por la mañana, un 'cercavila' de la Escola de Xeremiers de Sineu amenizó la feria con sus tonadas tradicionales. En el centro de la Plaça del Fossar se llevaron a cabo demostraciones de ball de bot a cargo de las agrupaciones Copeo de Sineu y Brot d'Alfabaguera, en las que se interpretó, como no podía ser de otra forma, el 'copeo matancer'.

Tampoco podían faltar las exposiciones de animales, en las que el cerdo negro siempre es el rey absoluto. A mediodía se celebró el 'concurs de porcs grassos', en el que participaron doce payeses que presentaron veinte cerdos a concurso. En la categoría de 'porc negre' ganó Biel Bauçà, con un ejemplar de 247 kilos, mientras que María Luz Alomar ganó el de 'porc blanc' con un animal de 291 kilos.