Santa Bàrbara, además de ser la tradicional protectora contra las tormentas, es la patrona de Vilafranca de Bonany, lo cual significa que hay que honrarla como es debido. Y que mejor que hacerlo a través del estómago. Ayer, un grupo de voluntarias elaboró con trabajo y dedicación más de 4.000 kilos de buñuelos, un manjar en toda regla que en esta fecha señalada sirve, además, para festejar la efeméride con los más ancianos del pueblo, a quien se les reparten bolsas con los dulces y un poco de mistela.
Los números para confeccionar tal proeza son magníficos: 60 kilos de patatas hervidas, 30 kilos de harina y 220 huevos camperos. Una mezcla amasada y bien reposada que aguardó por turnos su particular remojo en 60 litros de aceite de girasol humeante, casi tan chisporroteante como la sensación que después tuvieron en boca, tras otro baño, esta vez de azúcar (doce kilos más).
La mañana tuvo asimismo la visita y los ánimos del alcalde vilafranquer, Montserrat Rosselló (Partit per al Poble), quien no dudó en posar con el equipo de bunyoleres y que después dio buena cuenta del resultado excelente de la fusión. Unos buñuelos que bastaron también para ser servidos, ya por la tarde, tras la tradicional misa de Santa Bàrbara celebrada en la parroquia.
