Tras 53 años de servicio y después de haber dado a conocer el patrimonio natural de Cabrera a miles y miles de mallorquines y visitantes extranjeros, la Debarivi se jubila.

La golondrina más famosa de Mallorca y la que sin duda es la embarcación más icónica de la Colònia de Sant Jordi, en el municipio de Ses Salines, dice adiós al transporte de pasajeros para conversitse en barco privado.

"Estamos muy tristes por la marcha de la Debarivi, uno de los barcos más queridos de nuestra flota", escribe la empresa Excursiones a Cabrera de la familia Serra Ferrer en su cuenta de Facebook. "Muchos de nuestros amigos y clientes la recordarán como el barco con el que descubrieron el archipiélago del sur de Mallorca, desde 1991 Parque Nacional Marítimo Terrestre".

La golondrina Debarivi fue construida en madera en los Astilleros Bennàssar del Port d'Alcúdia en el año 1965, con una eslora de 16,5 metros. El nombre de la embarcación estaba formado por los apellidos de los cuatro socios de la empresa: Dezcallar, Bauzá, Rigo y Vidal, según consta en la historia de la empresa Excursions a Cabrera.

En los meses de verano transportaba a turistas extranjeros hasta el archipiélago, descubriéndoles la ensenada natural del puerto, coronada por su espectacular castillo roquer, y la Cova Blava, en uno de los laterales de la entrada a Cala Santa Maria.

En 1984, Miquel Serra y su familia deciden comprar un barco de mayor eslora y llegan a un acuerdo con los propietrios de la golondrina Debarivi, con lo que empiezan de forma regular las excursiones con pasaje a Cabrera, no solo con turismo extranjero, sino también con nacional y local.

En 1986 se renovaron los motores y la estructura de la embarcación y en 1988, ante la demanda de plazas para realizar la excursión a Cabrera se hizo necesaria la construcción de un nuevo barco, L'Imperial Jet, que empezó a funcionar en 1989.

En 1994, surge la necesidad de un barco más rápido y se contruye el Colom II, de 10,5 metros de eslora, para transporte urgente, excursiones de buceo y salvamento marítimo, integrándose a partir de 1999 en la empresa Excursions a Cabrera, gestionada igualmente por la familia Serra Ferrer.

Ahora la Debarivi dice adiós, pero para miles de personas nunca se irá, quedará en la memoria de ese primer descubrimiento de Cabrera desde el puerto de la Colònia de Sant Jordi.