Los grafitis que se pintan en los trenes ocasionan cada año un gasto considerable para las arcas autonómicas. Sólo en lo que llevamos de 2018, la empresa pública Serveis Ferroviaris de Mallorca (SFM) se ha gastado 57.080 euros en la limpieza de estas pintadas, lo que supone un 21,6% más que en todo el año anterior.

Según los datos facilitados por la compañía ferroviaria, este año se ha eliminado el equivalente a un total de 2.854 metros lineales de pintadas (es decir, casi tres kilómetros). Estos números representan un significativo repunte respecto a 2017. El año pasado, SFM dedicó 46.920 euros a borrar estas muestras de pretendido arte urbano (el equivalente a 2.346 metros lineales de pintadas).

Gastos añadidos

Fuentes de SFM recalcan que estas cifras no incluyen otros gastos añadidos difícilmente cuantificables en un balance, como los costes del traslado de los convoyes para ser limpiados, el tiempo dedicado por los operarios a realizar esta operación de saneamiento o el gasto de mantener inmovilizado un vehículo mientras se somete a una operación de limpieza.

Los grafitis no son los únicos actos vandálicos a los que se enfrenta cada año Serveis Ferroviaris de Mallorca, con el consiguiente perjuicio para las arcas públicas. Este año, SFM ha tenido que hacer frente al coste de reparación de una luna frontal, por un total de 8.143 euros. A ello hay que añadir el gasto por sustituir el vidrio de una puerta, que cuesta normalmente unos 750 euros.

En ocasiones, la acción de los grafiteros obliga a sustituir también los vinilos que recubren las máquinas. Por cada coche que tenga que someterse a esa operación, el gasto es de 5.700 euros.

Casi 16 millones

En el eterno debate entre los que defienden que se trata de una expresión artística y los que sostienen que se trata de actos de vandalismo, lo cierto es que este fenómeno ha ido a más en los últimos años, como lo demuestran los datos estatales. Según informó recientemente Renfe, el año pasado tuvo que dedicar cerca de 16 millones de euros a la limpieza de trenes. Y su previsión es que la cifra global de este año sea aún mayor. El problema se hace especialmente evidente en comunidades como Cataluña y Madrid, que concentran la mayoría de las acciones de los grafiteros.

Las autoridades inciden en la dificultad de actuar ante estos casos de vandalismo desde el momento en que, para que haya denuncia, los autores tienen que ser sorprendidos en el momento de la pintada.

Incivismo en los vagones

El incivismo constituye un problema relevante en el transporte ferroviario. SFM registró en 2017 hasta 747 casos de incivismo por parte de usuarios del tren, según los datos recopilados en el observatorio de civismo en el transporte ferroviario público a nivel estatal.

En la mayoría de casos, las actitudes incívicas se refirieron a viajar sin el correspondiente billete. SFM registró 223 incidentes de este tipo, que se saldaron con una sanción económica para el infractor.

En segundo lugar, se situaron los incidentes relativos a pintadas en los trenes o en el mobiliario de las estaciones, con un total de 200 infracciones registradas durante todo el año 2017.