La Feria Otoñal de Mancor de la Vall desplegó ayer numerosos atractivos lúdicos, culturales, artesanales y gastronómicos que llamaron la atención de cientos de visitantes que aprovecharon el día soleado para pasar por un animado recinto ferial. Rebautizada este año como Biniarrels debido a un problema con la antigua denominación (Fira de l'esclatasang) cuyos derechos reclamaba un exorganizador del evento, la feria conserva gran parte del atractivo que en los últimos años la han convertido en un referente del otoño mallorquín. Muestras de animales, bailes autóctonos, actividades infantiles y una gran oferta de productos gastronómicos entre los que no faltaron los esclatasangs, que causaron las delicias de los visitantes. Cabe destacar que por la noche se produjeron algunos actos vandálicos que todavía se investigan y que afectaron a algunas paradas de venta, en las que alguien robó el género para esparcirlo por el suelo, causando la indignación de los comerciantes.