"Hemos tenido que cambiar todos los premarcos de la puertas y poner líquidos protectores para impedir que sigan actuando. Nos costará un ojo de la cara", explica una vecina afectada por la plaga de termitas que está comiéndose la madera del barrio de Sa Torre de Manacor y que ha puesto en jaque a la concejalía de Medio Ambiente, que ahora está tratando de buscar la manera de contrarrestar una invasión que, además de afectar al colegio de educación infantil, se ceba con puertas y vigas de casas particulares sin que de momento se haya localizado el foco principal.

Para el regidor de Medio Ambiente, Pedro Rosselló, se trata de un problema que además de "controlarse a nivel público, deberá haber un trabajo paralelo por parte de los vecinos afectados para evitar que se expanda". De hecho, el primer paso tomado hace unos días por parte del consistorio fue avisar a Lokímica, empresa que presta sus servicios para el control de plagas en el municipio.

La empresa alicantina es especialista en la erradicación de las termitas subterráneas. Su método se basa en la difusión de un producto insecticida a la totalidad de los individuos de la colonia: el hexaflumurón. "Este insecticida tiene un efecto retardado y es distribuido en forma de cebo, conteniendo una formulación especial que es consumida por las termitas obreras. Poco a poco, mediante el fenómeno de la trofalaxia (intercambio de alimentos), el conjunto de la colonia será intoxicada y morirá".

El Ayuntamiento estima que la plaga de termitas podría haberse extendido y afectar a un radio de al menos un kilómetro dentro del propio barrio de Sa Torre, pese a que ahora hace falta localizar la colonia o foco principal de donde proviene.