Los numerosos visitantes que, a pesar de la amenaza de lluvia que pesaba sobre la feria, llenaron las calles de Inca durante toda la jornada se manifestaron muy satisfechos por el desarrollo del Dijous Bo y casi todos ellos aseguraron que volverán en los próximos años.

Uno de los aspectos que más destacaron los visitantes consultados por este diario fue la organización de la feria y la buena distribución de los estands para agrupar a los distintos comerciantes de productos similares. Es el caso de dos vecinas de Algaida, que se mostraron muy satisfechas porque tanto el pan como los embutidos estaban a escasos metros unos de otros.

Como suele ser habitual, las distintas muestras de animales que ocupan el espacio de la Plaça del Bestiar, fueron unas de las principales atracciones de la ‘Fira de fires’. Significativa es la opinión de un turista catalán alojado en Magaluf, que al enterarse de que en Inca había muestras de ganado y especialmente de ‘porc negre’ mallorquín, no dudó un instante en acercarse hasta la capital del Raiguer para visitar una feria que desconocía y de la cual se ha llevado una gran impresión.

Una familia de Palma integrada por tres generaciones repitió como cada año su visita a Inca, aunque la pequeña de la casa todavía no había tenido oportunidad de venir.

El tiempo fue otro tema recurrente entre los visitantes. Muchos de ellos llevaban el paraguas porque las previsiones apuntaban mal tiempo durante toda la mañana, aunque la lluvia solo hizo aparición a primera hora de la mañana, cuando la mayoría de visitantes todavía no había llegado. “Menos mal que al final no ha llovido y la gente ha podido disfrutar de la feria sin más problemas”, afirmaba otra visitante.