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Sa Fira

La feria como una extensión del debate parlamentario

La presidenta Armengol sostiene un 'porquet negre'. g. bosch

Estaba cantado que el último Dijous Bo antes de las elecciones locales y autonómicas de 2019 estaría plagado de políticos ávidos de contacto humano y fotografías. Y así fue. No faltaron las primeras espadas de las principales instituciones, acompañadas por toda una serie de cargos subalternos y militantes de los respectivos partidos. Eran las 10 de la mañana y el exterior del Consistorio 'inquer' ya parecía el pasillo del Parlament. El tema estrella entre los políticos era el Régimen Especial de Balears (REB), esperanza para unos y fraude para otros, en función de los respectivos intereses partidistas. La presidenta del Govern, Francina Armengol, se hizo esperar media hora. Llegó vestida con una chaqueta de estética de leopardo que dio mucho que hablar entre los presentes, muy adecuada para la lucha política que le espera en los próximos meses. "Debería haber ido vestida así a ver al presidente Pedro Sánchez para negociar el REB", afirmó por lo 'bajini' una política conservadora entre risas.

Cada partido con su respectivo grupillo

Pasa cada año. Después de hacerse todos juntos la foto frente al Ayuntamiento, los políticos recorren el recinto ferial formando grupos aislados que coinciden con las siglas del partido, aunque también es normal que dentro de cada cuadrilla se formen subgrupos que comparten confidencias, fenómeno que ayer se apreció de forma especial en los miembros de Més, que contó con numerosos representantes como el president del Consell, Miquel Ensenyat, la vicepresidenta del Govern, Bel Busquets, el conseller Vicenç Vidal, el alcalde de Alaró, Guillem Balboa o la candidata a la alcaldía de Inca, Alice Weber.

Entre los socialistas destacaron la propia Armengol, el conseller Iago Negueruela, la delegada del gobierno Rosario Sánchez o la consellera insular Mercedes Garrido, además (obviamente) del alcalde Virgilio Moreno. Muy nutrida fue la representación del PP, aunque su presidente, Biel Company, fue baja. Estuvieron la portavoz parlamentaria Marga Prohens, el portavoz en el Consell, Mauricio Rovira y los exalcaldes de Inca Pere Rotger y Rafael Torres, entre otros.

En representación de Podemos acudieron Jesús Jurado y Aurora Ribot, mientras que la bandera de El Pi fue portada por su presidente, el omnipresente Jaume Font. Incluso acudieron los de Vox, inéditos hasta la fecha en la recepción política del Dijous Bo.

Quejas entre los feriantes por la tasa municipal

Algunos vendedores del mercado estaban muy mosqueados por los precios que han tenido que pagar este año al Ayuntamiento por montar sus paradas. Varios de ellos han pasado de pagar 70 euros en 2017 a abonar 300 euros este año por una parada de longitud similar, un aumento considerable que no acaban de entender.

Igualmente, también se registraron muchas quejas entre los visitantes por las desorbitadas facturas que tuvieron que pagar por comer en algunos chiringuitos instalados en la calle. Un ejemplo: una ración de secreto ibérico y otra de chorizo criollo, más una caña y un refresco, por 60 euros. Ahí es nada.

Mucha vigilancia policial

Aunque no llegó a los niveles del pasado año, la feria estuvo estrechamente vigilada por la Guardia Civil, que desplegó a varias parejas de agentes armados hasta los dientes patrullando por las calles mientras un helicóptero volaba a baja altura por el centro de la ciudad. En total, 300 efectivos policiales, de Protección Civil y de los bomberos se encargaron de la vigilancia.

A primera hora se registró un susto en el recinto ferial, cuando un vendedor entró con su furgoneta a toda velocidad por la avenida de Alcúdia, causando alarma entre el público, que llegó a pensar en un posible atentado yihadista. Todo se quedó en una falsa alarma.

Los vendedores de paraguas se quedan con las ganas

No suele fallar. En los Dijous Bo lluviosos proliferan como champiñones los vendedores de paraguas. Ayer parecía que sería una buena jornada para ellos. A primera hora se frotaban las manos, pero más tarde tuvieron que cambiar las expectativas. Eso sí, eran muchos los visitantes que paseaban con el paraguas por si las moscas. "Llevarlo espanta la lluvia", aseguró la regidora popular 'inquera' Rosa Tarragó.

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