Son Mesquidassa, la mayor finca de producción superintensiva de aceite de Mallorca, tiene previsto recolectar este año 1,8 millones de kilos de aceituna. Una cifra espectacular pero que aún puede ser mayor dentro de uno o dos años, cuando los 150.000 olivos de la finca felanitxera lleguen a su máxima productividad.
El director y responsable de la producción, Juan José Alcaide, explica que las condiciones meteorológicas han complicado este año la evolución de la aceituna y han retrasado la recolección, que en 2017 fue a finales de septiembre: "Tenemos previsto comenzar mañana, quince días durante las 24 horas. Si esperamos más existe el riesgo de que el viento o una helada echen al traste la producción y no podemos arriesgar".
Está previsto obtener 15 kilos de aceituna por cada árbol, de los cuales aproximadamente un 12% quedará transformado en aceite de diferentes calidades que, una vez embotellado será distribuido en un 90% en el mercado mallorquín, mientras que el 10% restante irá a para fuera de España, a Alemania y México sobre todo.
Además, hay que tener en cuenta que si en 2017 80.000 de los 240.000 litros de aceite Denominación de Origen (D.O.) Oli de Mallorca eran procedentes de los árboles de Son Mesquidassa, este año su líquido copará ya el 70% de los mercados y manteles.
Si bien la inmensa mayoría de los olivos producen fruto de la variedad catalana arbequina, Son Mesquidassa cuenta además con cuatro campos de experimentación con un total de 1.500 ejemplares de otras variedades francesas, griegas o catalanas, repartidos en tres hectáreas, "y que nos ayudarán a seguir mejorando el producto final y conociendo otras rentabilidades".
Pero pese a ser ya la explotación de aceite más extensa de la isla, los planes de la familia Rosselló son expandir más la superficie hasta llegar a las 600 hectáreas sembradas en un periodo de cuatro o cinco años. Lo que por el momento se traducirá en 80 hectáreas más de ampliación en 2019.
Tecnificación
Otra de las características más destacables de finca es su alto nivel de tecnificación, con una maquinaria que permite la recolección automatizada, que después y en cuestión de horas ya es prensada, transformada y llevada a los alambiques, "de donde no sale hasta que no hay un pedido, para evitar la oxidación y que el aceite pueda perder calidad", remarca Alcaide. Algo sencillo cuando se cuenta con los medios para poder envasar hasta 1.700 botellas de aceite a la hora.
Son Mesquidassa embotella cinco clases de aceite. Por una parte aquel producido exclusivamente con arbequina: Son Mesquidassa, Ni Verd ni Blau y Oliday Premium, y otros dos combinados con picual, como son el Joan Rosselló y Can Troquet.
