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Carlo Antonio Bartoli: "Para mí es muy importante respetar el medio ambiente en mi trabajo"

"El trabajo más extraño que me han encargado es una oreja hiperrealista de gran tamaño, quedó muy bien"

Carlo Antoni Bartoli en su taller de Maria de la Salut. biel bergas

Carlo Antonio Bartoli (Roma, 1970) es un carpintero artesano que construye y repara todo tipo de embarcaciones de madera y al que le gusta mucho navegar a bordo del 'Odieuse', su velero de 9 metros de eslora, que en un principio era su vivienda. Su faceta artística, como escultor, es también muy interesante. Empezó a navegar a los 18 años, al principio como instructor de vela y más tarde como patrón de velero. Pasado un lustro, realizó un curso de carpintero de ribera en el colegio IBTC (Inglaterra) y posteriormente se dedicó a navegar por medio mundo durante 8 años.

¿Cómo llegó a Mallorca?

Después de vivir unos años en el Caribe, decidí volver a Europa y recalé en Mallorca. Hace 16 años que vivo en la isla junto a mi pareja, Veronique, y mis dos hijos (niño y niña), los dos mallorquines. Resido en Maria de la Salut desde hace poco más de un año.

¿Puede contar alguna anécdota interesante que le haya pasado navegando?

Corría el año 2000, era la segunda travesía que hacía ese año desde Mindelo (Cabo Verde) hasta Martinique (Caribe). Fueron 21 días en el mar completamente solo, algo paradisíaco. En medio del océano Atlántico, a 1.000 millas de la costa más próxima. Estaba al timón del velero, era cerca de medianoche, de repente sentí como una mano grande me golpeó en la cara, un buen bofetón; algo totalmente extraño, hasta que el aleteo dentro del barco me hizo comprender que se trataba de un pez volador muy grande que me había dado con una de sus aletas. Mi venganza no fue otra que comérmelo como desayuno.

¿Cuál fue su primer trabajo en tierras mallorquinas?

Me encontré con un proyecto que para mí fue impresionante. En Alcúdia se estaban restaurando dos barcos clásicos, el Nord Winde y el Veronique, con gente muy válida y cercana. Allí fue donde aprendí casi todo lo que sé y me apasioné de verdad con la madera. Éramos más de 30 personas de unas 20 nacionalidades diferentes. Este periodo está entre los mejores años de mi vida.

¿Y cuándo se acabó este cometido?

Empecé a trabajar interiores de yate y a estudiar escultura, diseño y fabricación de muebles, que son los trabajos a los que me dedico actualmente.

¿Cuál es el encargo más extraño que le han hecho?

Sin duda alguna, una oreja hiperrealista de gran tamaño. Un arduo trabajo, pero quedó muy bien.

¿Cuál es la obra de la que se siente más orgulloso?

Una mecedora inspirada en el famoso carpintero estadounidense Sam Maloof.

¿Y el trabajo al que más tiempo ha tenido que dedicar?

El culo de una bailarina. Se me resiste y aún no lo he podido terminar.

¿Qué tipo de maderas utiliza en su trabajo?

El 'ullastre' (acebuche)es una de ellas. Un payés de Santa Margalida me regaló unos cuantos troncos. También trabajo con el boj, el ébano y el maple. La que más me gusta para trabajar es el boj.

¿Tiene colores preferidos?

Casi todo lo dejo del color de la madera trabajada, aunque le suelo dar aceite. En las grietas, en ocasiones, pongo pasta de color oro, que junto con el blanco son los colores que más utilizo y más me gustan.

¿Se respeta el medio ambiente en vuestro trabajo?

Particularmente lo respeto mucho, siempre que puedo suelo utilizar retales (sobrantes de otras obras o arreglos en barcos) de tamaño adecuado. También, cuando me es posible, procuro utilizar maderas locales. Para mí es absolutamente importante respetar el medio ambiente.

¿Por qué utiliza la madera en la escultura?

Porque lo aprendí de muy joven y tengo las herramientas y la técnica necesarias. En fin, porque no me queda otro remedio. El inconveniente que tiene la madera en la escultura es que no se puede añadir material, algo que sí puede hacerse con otros elementos como el bronce o el barro.

¿Dedica mucho tiempo a la escultura?

Todo el tiempo que me deja libre el trabajo que me da de comer, que no es otro que el arreglo de barcos. Sustituyo sin rubor alguno lo artístico por lo elemental. Es así de claro.

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