El proyecto técnico para la construcción de un nuevo pozo de abastecimiento de agua potable para el municipio de Binissalem tendrá que esperar al no prosperar la propuesta del alcalde, Víctor Martí, en el pleno consistorial. La sesión del máximo órgano de gobierno municipal tenía como primer punto del orden del día la aprobación de la modificación de crédito con cargo al remanente de tesorería para llevar a cabo las obras.
El equipo de gobierno, formado en solitario por los dos únicos concejales de UxB tenía previsto sufragar el coste de construcción del nuevo pozo con dicho remanente. Pero toda la oposición (Més, PSOE y PP) votó en contra, pues cuando preguntaron al alcalde en qué se habían invertido los 115.000 euros del presupuesto que habían sido asignados al proyecto en cuestión, dijo que no podía explicarlo, alegando que, en aquel momento, no contaba con esos datos.
Deuda
Los socialistas recordaron a Víctor Martí que antes de que entrara en el gobierno, él siempre defendió que el remanente debía destinarse a pagar deuda pública municipal y no a obras, como ahora pretendía.
Por su parte, desde Més opinaron que el nuevo proyecto tenía que financiarse con otra partida; concretamente la correspondiente a los 137.000 euros que todavía no se han entregado a la empresa Antonio Gomila, y el resto que se sacara de los presupuestos de 2018, pero no del remanente, hasta obtener así los 150.000 que costarán esas obras.
Desde el PP también argumentaron que el alcalde primero debía aclarar dónde se habían gastado los 115.000 euros que estaban consignados para las obras del pozo.
Actualmente, de los dos pozos de agua potable que abastecen el pueblo, Binissalem sólo cuenta con uno disponible -el otro no funciona debido a una avería-, y con las conexiones acuíferas de Emaya y del Polígono Industrial. De ahí que la construcción de un pozo nuevo sea una prioridad más que urgente. De surgir algún imprevisto, el problema podría ser grave para la población. Y los cuatro grupos políticos municipales son conscientes de ello. No obstante, todos coinciden en que es preciso aclarar cómo se gestiona el dinero, especialmente cuando ya estaba consignado para una obra y el alcalde no sabe en qué se ha gastado.
