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Lletra menuda

Necesidad y justificación perdidas en un pozo

La gestión municipal experimenta en Binissalem el trasvase desde la deriva del desorden y la improvisación a la inquietud de la opacidad contable y las necesidades alteradas.

Que un alcalde en minoría equiparable a la soledad sea capaz de pedir al pleno una modificación de crédito de 150.000 euros y no pueda explicar el destino de la partida original, de la misma cantidad, reservada para un pozo de agua, dice y retrata muchas cosas. Ninguna buena.

El asunto incrementa su gravedad por tratarse de un elemento de primera necesidad como es un tercer punto de agua potable en un municipio que solo dispone de dos y uno de ellos está inservible por avería. La necesidad del servicio público y la transparencia de la gestión municipal han tropezado y caído dentro pozo negro de asombro y bochorno en Binissalem.

A Victor Martí le urge ponerse manos a la obra y rescatar ambas cosas cuanto antes. Que se procure los apoyos que le hagan falta para ello, pero necesita hacerlo en beneficio propio y de la colectividad. El alcalde no puede seguir desparramando su precariedad y está en la obligatoriedad de dar cuentas de su gestión. De no hacerlo, a la oposición mayoritaria no le quedará más remedio que actuar y suplir las carencias y las opacidades de los compromisos sin cumplir.

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