Lloseta es un municipio que lleva sesenta años ligado a una industria que le ha aportado singulares beneficios económicos. La planta cementera de Cemex ha sido históricamente la empresa que más a aportado a las arcas municipales a través de tasas e impuestos, pero durante todo este tiempo ha influido considerablemente en la vida diaria de este pueblo. En ocasiones ha afectado de forma negativa, en opinión de muchos vecinos, con sus pretensiones expansionistas, la contaminación, el ruido, pero en otras positiva, al actuar como mecenas y dinamizador económico de la zona. La historia de esta fábrica arranca en 1958. Inicialmente se iba a construir en la localidad de Biniamar (Selva) e incluso se llegó a colocar la primera piedra. Su construcción debía costar 80 millones de pesetas y debía producir 50.000 toneladas de cemento al año que permitirían cubrir la demanda de Mallorca, pero con la previsión de aumentar la producción gradualmente. Ocuparía una superficie de seis 'quarterades'. Las crónicas de la época hablaban de que se iban a construir viviendas e instalaciones para empleados. La comarca se iba a convertir en un importante complejo industrial, decían.