Cemex ha aceptado la propuesta del Ministerio de Industria y de los gobiernos autonómicos de Baleares y de Andalucía de paralizar los despidos de la fábrica de Lloseta y de Gádor (Almería) hasta final de año y constituir una mesa de trabajo para analizar "posibles alternativas de industrialización que permitan paliar los efectos del cierre" de ambas plantas.

La empresa aclara que ha aceptado sentarse con Industria y los gobiernos autonómicos para contribuir en la "búsqueda de proyectos industriales alternativos" para las fábricas de Lloseta y Gádor que "minimicen el impacto en el empleo", pero insiste en que en ningún momento lo hace con la intención de "replantear su ajuste".

Las negociaciones se prolongarán hasta el 31 de diciembre y mientras tanto la multinacional se compromete a no presentar el Expediente de Regulación de Empleo, que en Lloseta afecta a más de 200 trabajadores según cálculos sindicales.

Desde UGT se hace una valoración positiva "en principio porque permite contemplar otras opciones al cierre y despido inmediato", ha manifestado Roberto Serrano, coordinador estatal de UGT FICA de Cemex.

Serrano sostiene que "en lugar de sentarnos a negociar despidos ahora disponemos de 45 días para sentarnos a negociar alternativas que pueden pasar por un nuevo modelo de trabajo u otras opciones que hagan viable el mantenimiento de los puestos de trabajo".

El conseller de Trabajo Iago Negueruela se ha mostrado igualmente optimista con la decisión de Cemex de participar en la mesa de negociaciones. "Es una muy buena noticia que nos permitirá plantear diversas alternativas de actividades para la fábrica de Lloseta".

Cemex anunció el pasado mes de octubre que dejará de producir en la fábrica de cemento de Lloseta para pasar a ser una envasadora y distribuidora. Desde entonces, los empleados han llevado a cabo numerosas acciones de protesta para evitar el cierre de la planta.

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