La experiencia acumulada y la historia reciente tienen acreditado con creces que todo es posible en Mallorca cuando hay piqueta, grúa y hormigonera de por medio. Aún con ello, no se ha agotado la capacidad de sorpresa, ingenio y picaresca en esta isla que también es capaz de destinar una terraza, una tienda de campaña o una caravana al alquiler turístico.
La Agencia del Territorio acaba de llevar a Fiscalía la "aberración" de reconvertir una cueva natural en vivienda de recreo con puerta de entrada, embaldosado, barbacoa exterior y otras alteraciones del medio natural. Ha ocurrido en Sóller, en pleno parque natural de la serra de Tramuntana y sin ningún tipo de licencia. Los hechos están consumados. Se atribuye a los autores un delito contra el territorio y se les ordena restituir el paraje y la gruta al estado primitivo. Mucho nos tememos que, a la vista de lo que enseñan las fotos, no será posible del todo.
La Agencia de Defensa del Territorio sostiene que hechos como el denunciado justifican la existencia y la labor del organismo. Conviene retroceder, porque más bien dejan patente que se ha tardado demasiado tiempo en habilitar estructuras solventes capaces de ejercer un cierto control sobre la disciplina urbanística, especialmente en el medio rural. Todavía quedo mucho, demasiado, por hacer en este sentido. Solo cabe esperar que no haya más retrocesos. Que la política no sea tan cavernícola como las obras de quienes destruyen al construir.
