El cementerio municipal de Binissalem contará por primera vez desde su construcción con una regulación administrativa que lo avale como legal. Según explica el alcalde, Víctor Martí (UxB), el cementerio no constaba declarado como tal en el área de Sanidad Mortuoria, entidad que depende del Govern Balear.

Martí afirma que cuando entró a formar parte del equipo de gobierno, mediante del Pacto con el PP, en enero de 2017, una de las áreas que gestionaba era el cementerio, y una de sus primeras sorpresas, dice, fue encontrarse con un cementerio municipal sin la pertinente declaración documentativa que justificara su función. Así pues, el consistorio ha tenido que llevar a cabo un proyecto de legalización del camposanto binissalemer, que hasta el momento no tenía. Para ello, entre otras tareas burocráticas, se ha tenido que consultar el archivo municipal para localizar el año en que empezó a utilizarse. Fue en 1936, explica Martí.

Otro proyecto que también ha tenido que llevarse a cabo ha sido el de parcelar los terrenos que hay situados enfrente del nuevo tanatorio; de no haberse realizado dicha parcelación, explica el alcalde, no era posible transmitir los correspondientes derechos funerarios. Finalmente, un tercer proyecto que ha sido preparado es el de la creación de un osario público, que tampoco existía. En total, apunta Martí, los proyectos han supuesto un coste de, aproximadamente, 10.000 euros y unos 20 meses de trabajo.