El retraso en la tramitación del documento que definirá el urbanismo de Calvià de las próximas décadas -el plan general- puso ayer en un serio apuro al gobierno municipal, que vio cómo el pleno votaba oficialmente una moción de Esquerra Oberta (con los votos de PP y Ciudadanos) exigiendo la destitución del director general de Urbanismo, Jaume Carbonero.

El alcalde Alfonso Rodríguez Badal, categórico, subrayó que no tendrá en cuenta la resolución. "Carbonero ha hecho, hace y hará un trabajo extraordinario hasta el final de la legislatura. Ha trabajado mucho y bien", proclamó. Previamente, el regidor de Esquerra Oberta Rafel Sedano argumentó que el PGOU "ha fracasado", de lo que responsabilizó a Carbonero, "que con su actitud daña a la institución".

"La palabra fracaso es demasiado gruesa. Éste es el proyecto más complejo de la legislatura y tanto Carbonero como su equipo de planeamiento han hecho un gran trabajo", manifestó, por su parte, el teniente de alcalde de Urbanismo, Marcos Pecos (PSOE), que lamentó que la moción tuviese un ánimo "destructivo".

Pecos destacó el proceso de participación que ha habido durante la revisión, con la convocatoria de reuniones con los vecinos en todos los núcleos. Concedió el regidor que ha habido un retraso, pero también recordó que la obligación de adaptarse al Plan de Intervención de Ámbitos Turísticos (PIAT) del Consell ha alargado todo el proceso.

A esto, el alcalde añadió después que la nueva Ley del Suelo obliga a redactar un doble documento del PGOU: "uno de estructura y otro de ordenación".

"La revisión del PGOU ha estado marcada por los desmanes y los despropósitos. No se ha buscado el consenso con otras fuerzas políticas. ¡No lo han hecho ni con sus propios socios de gobierno!", dijo la regidora del PP Rakel Sánchez, en alusión a Esquerra Oberta. Sánchez arremetió también contra la gestión del director de Urbanismo. "A ustedes [los socialistas] se les ha atragantado el urbanismo, porque el cocinero que han puesto cocina con mucha grasa", ironizó la edil 'popular', quien criticó la suspensión de licencias durante un año con motivo de la revisión del PGOU.

El edil de Ciudadanos Carlos Tarancón consideró "un error" el nombramiento de Carbonero, "con todos los escándalos que lleva a sus espaldas", remarcó. Tarancón censuró asimismo que se anunciase el avance del plan "a bombo y platillo" sin buscar un consenso previo. La edil no adscrita, Isabel Manresa, incidió en que Esquerra Oberta tiene también su parte de responsabilidad en lo que consideró "fracaso" del PGOU.