? Los trabajadores aseguran que la fábrica de cemento "es cada vez menos contaminante" porque "sus emisiones están controladas" y la generación de ruidos y polvo "se han mitigado mucho en las últimas décadas".

No obstante, avisan de que si finalmente se cierra la producción de cemento y la planta se queda como punto de venta, "se producirán daños colaterales" como el elevado coste en toneladas de CO2 debido al incremento del transporte de cemento, ya que habrá 120 trayectos de camión más por semana. También se refieren al impacto visual de la planta. Si se para la producción, instan a desmantelarla.