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Lletra menuda

Una posición más dura que el cemento

El óbito laboral también tiene su proceso de duelo, en el que, al igual que en el fallecimiento humano, se conjugan la impotencia, la resignación, el afán de superación del trance y el consuelo de propios y afectados. Los hechos consumados no dan más posibilidades de reacción.

Es lo que está pasando en la gran cimentera de Lloseta. Todos saben que va a cerrar porque la multinacional propietaria mantiene una posición y un silencio más duro y seco que el propio cemento. No hay marcha atrás. Los trabajadores son los principales afectados y necesitan apoyo. Tienen el respaldo del Govern, el Ayuntamiento y los sindicatos. Cuesta hacer avanzar esta solidaridad y esta comprensión más allá de lo testimonial. Tan solo se puede aspirar a reducir el número de despidos y que éstos tengan condiciones dignas para quienes han dado lo mejor de su vida laboral a la fábrica.

Lo de Cemex en Lloseta es una despiadada política empresarial que se repite con demasiada frecuencia por parte de las multinacionales. Es cemento empresarial, duro hasta el extremo de carecer de identidad y arraigo local y no digamos de sensibilidad social.

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