El conseller de Trabajo del Govern balear, Iago Negueruela, ha exigido a Cemex una reunión para el próximo lunes para debatir el anuncio del cierre de la producción de cemento en la planta de Llosetaanuncio del cierre de la producción de cemento en la planta de Lloseta. El conseller se mostró ayer muy enfadado por "el proceder de la empresa con un asunto tan delicado, sin haber informado ni al Ayuntamiento ni al Govern".

La reunión que pretende debería incluir al Govern, el comité de empresa, al Ayuntamiento de Lloseta y a Cemex. "Vamos a ver si nos abren algún mecanismo que no sea el cierre inmediato", manifestó Negueruela.

El conseller indica que "no es aceptable una postura de la empresa basada en causas económicas cuando la construcción en Balears está en ascenso. Pensamos que obedece a una estrategia comercial encaminada a la obtención de mayores beneficios sin tener en cuenta la causa social".

Tensión

Los trabajadores, por su parte, se reunieron ayer en asamblea para escuchar el comunicado que los sindicatos tienen en su poder desde hace dos días por el que se les anuncia un expediente de regulación de empleo (ERE). La asamblea resultó muy tensa y puso de manifiesto una gran crispación y enfado por parte de muchos trabajadores. Se escucharon voces llamando a detener la producción inmediatamente. Los empleados no entienden "el anuncio del cierre cuando la planta está dando beneficios", apunta un representante de los mismos.

El Ayuntamiento de Lloseta ha solicitado información a la multinacional. Desde el Ayuntamiento de Lloseta se considera que el cierre de la planta de cemento de la empresa Cemex es "una muy mala noticia y un duro golpe para el municipio pues representará la desaparición de centenares de puestos de trabajo y la práctica detención de una actividad que ha generado riqueza y dinamismo económico en Lloseta", sostiene el alcalde, Chema Muñoz.

"Desde el consistorio no tenemos ningún tipo de constancia oficial de las intenciones de la empresa Cemex más allá que aquello que ha trascendido en los medios de comunicación. Por este motivo pediremos una reunión a los responsables de Cemex para que nos den las explicaciones oportunas. También haremos lo mismo con los sindicatos y trabajadores, para conocer las consecuencias de una medida de un calado importantísimo".

Por otra parte, el consistorio pedirá a Cemex que aclare qué tipo de actividad quiere llevar a cabo en la parcela después de que se haya indicado que el futuro de las instalaciones pasa por ser un centro de distribución. En este caso se pedirá a la empresa que adopte todas las medidas técnicas necesarias.

La empresa

Por su parte, la filial operativa española del grupo Cemex en Europa, Cemex España Operaciones, S.L.U., ha explicado que la situación obedece a que ha iniciado un proceso de reestructuración que afectará tanto a su modelo de organización como a su implantación industrial en España.

La situación del sector y las perspectivas de la industria frente a la nueva regulación europea sobre los derechos de emisión de CO2, a partir del año 2020, "hacen totalmente necesaria la adopción de una serie de medidas para asegurar el mantenimiento de la actividad de Cemex en España y su presencia en los diferentes mercados en los que viene operando", sostiene en un comunicado oficial. "Dentro de este proceso se prevé tanto una importante reducción de su estructura como el cese de actividad en dos de las siete fábricas de cemento con que cuenta en nuestro país", concluye.

La multinacional comunicó el pasado lunes a los representantes sindicales de los centros afectados de la intención de la compañía de iniciar un proceso de despido colectivo.

Las fábricas directamente afectadas son las situadas en Gádor (Almería) y Lloseta (Balears) además de otros centros de trabajo, determinadas oficinas comerciales y las propias oficinas corporativas centrales.

Las negociaciones correspondientes con los trabajadores se iniciarán durante el mes de noviembre y se dispondrá de un mes para llegar a un acuerdo.

La propia empresa admite en su nota oficial que se trata de una estrategia comercial y que ante la necesidad de invertir en reducir las emisiones a la atmósfera prefiere cerrar la producción pero continuar el envasado y distribución, pues la propia patronal de la construcción indica que en Balears se está recuperando el sector.