La temporada de recolección de setas ha comenzado este año de forma un tanto irregular. Las lluvias acaecidas a finales de agosto y principios de septiembre ayudaron a humedecer el bosque y por tanto a activar los micélios de los hongos.

Las buena temperatura reinantes, aún ahora, favorecieron la fructificación de los llamados termófilos. En este grupo de setas se encuentran las más tempranas como los rebozuelos ( Cantharellus alborufescens), conocido localmente como 'picornell', o las de la familia de las rúsulas, entre las que se conocen localmente con el nombre común de 'blaves' y 'campanilles', por citar algunos de los buenos comestibles.

Josep Lleonard Siquier, uno de los más prestigiosos micólogos de Balears, explica que "lo que ha ocurrido ha sido que la temporada ha comenzado favorecida por las lluvias tempranas pero ha padecido un parón al detenerse durante algunas semanas". Además de ello, el especialista sostiene que "un enemigo muy eficaz de los aficionados a las setas es el viento. Por mucho que haya llovido y el terreno sea propicio para fructificar, si se producen vientos se seca y vemos las típicas setas acartonadas, en el caso de que ya hayan salido".

Lo cierto es que en opinión de algunos aficionados consultados, el bosque se presenta seco ahora mismo en la zona del Pla. La Serra de Tramuntana es un caso aparte ya que sus valles retienen mucho más la humedad y están a resguardo del viento.

Estos aficionados refieren buenas recolecciones de 'picornells' en la zona que va de Escorca a Pollença, en encinares con abundante humedad.

Para los apreciados níscalos ( Lactarius sanguifluus), o como se le conoce localmente 'esclata-sang', hace falta más frio.