El futuro centro público de salud de Pollença tendrá una superficie de 1.800 metros cuadrados repartidos en dos plantas, por lo que triplicará la capacidad del actual equipamiento sanitario, de 600 metros cuadrados, que se ha quedado totalmente obsoleto para cubrir las necesidades sanitarias de una población aproximada de 18.000 personas. En principio, está previsto que las obras empiecen a finales del próximo año 2019 para que pueda ser inaugurado un año después.

El centro de salud, cuyo proyecto ha sido diseñado por el arquitecto Enric Julià, ganador del concurso de ideas al que se presentaron once proyectos, estará equipado con 22 consultas, entre las que se incluyen espacios destinados a rehabilitación, servicios de comadrona y consulta dental, distribuidas en dos plantas y alrededor de dos patios interiores que permitirán la entrada de luz natural a todas las dependencias. También se habilitará un aparcamiento arbolado equipado con 32 plazas.

El equipamiento se construirá en el solar municipal de Can Conill, cedido por el Ayuntamiento a la Conselleria en noviembre de 2017. La ubicación del centro sanitario ha provocado polémica política en el municipio, debido a que los partidos de la oposición Tots per Pollença y PP y un regidor no adscrito lograron el apoyo del regidor de UMP, Andrés Nevado, socio del equipo de gobierno junto a Junts Avançam, para aprobar una moción que sitúa el equipamiento en el vecino solar de Can Bach, descartado por el equipo de gobierno. El hecho de que el gobierno local haya incumplido un acuerdo de pleno ha sido objeto de un recurso judicial por parte de los citados partidos que todavía debe resolverse.

Hoy por la mañana, la presidenta del Govern, Francina Armengol; la consellera de Salud, Patricia Gómez, el director general del Servei de Salut, Juli Fuster, y el alcalde Miquel Àngel March, acompañados por el arquitecto Carles Enric, han presentado el diseño ganador, destacando la funcionalidad del complejo. También han estado presentes miembros de la oposición municipal.