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Manacor

Las vueltas burocráticas del trenecito de Portocristo

El servicio a Portocristo no podrá reiniciar su marcha hasta el próximo verano por los retrasos

El polémico tren turístico de Porto Cristo, saliendo de la zona.

Hubo un tiempo en el que un trenecito costero (es decir un pequeño tractor con una carcasa que simula una máquina de vapor y un vagón al estilo far west), hacía viajes de turistas entre la zona hotelera de Cala Romàntica, Cala Mendia y Cala Anguila (en el municipio de Manacor) y el espacio comercial de Porto Cristo, cerca de la playa. Un ferrocarril de baja velocidad y alto traqueteo que cruzaba un kilómetro de la carretera comarcal hasta llegar a su destino, donde los pasajeros desembarcaban y volvían a subirse con las compras hechas y la piel más morena. Pero el tren 'descarriló' antes del verano de 2017, y sin saber nadie muy bien porqué, no volvió a arrancar. Dos veranos y múltiples polémicas después, parece que ahora todo se ha aclarado y el convoy volverá en Semana Santa de 2019.

El lío comenzó meses antes de la temporada de 2017, cuando una empresa de autobuses y de parte del sector del taxi local, denunciaron ante la conselleria de Transportes la competencia desleal que, según ellos, el tren turístico les suponía. La demanda fue aceptada para estudiar el caso con detenimiento. Los perjudicados, que extendieron sus críticas hasta Carreteras del Consell de Mallorca, argumentaban que el convoy no tenía las medidas de seguridad pertinentes, como por ejemplo cinturones de seguridad o asientos habilitados para niños, que taponaba el tráfico rodado habitual de vehículos hasta Porto Cristo por su poca velocidad, o que pretendía usurpar las funciones del transporte público de toda la vida.

En ayuntamiento de Manacor protestó defendiendo el carácter puramente turístico del servicio, y alegando que se trataban de excursiones que, si bien paraban en la zona comercial, continuaban por alguno de los enclaves más significativos de Porto Cristo. Además presentaron ante el Govern la prueba supuestamente definitiva: ¿Cómo iba un turista a pagar 4,50 euros por un billete del trenecito para ir al mismo sitio que un bus le podía llevar por 1,50, de no ser por su carácter lúdico y recreativo?.

Perjuicios económicos

Pero Transportes no transigió y el juego de trincheras burocráticas entre partidarios y detractores se llevó por delante los meses de verano y las cajas que los comerciantes querían cuadrar. "No sabemos calcular cuánto dinero nos ha costado este parón, pero es mucho. Hay que tener en cuenta que de esos turistas viven decenas de negocios y familias de Porto Cristo", explicaba ya entonces Dionisio Egidos, presidente de los comerciantes de la localidad costera.

Finalmente, en 2018, tanto la Conselleria como Carreteras dieron su brazo a torcer, a cambio de que el consistorio presentara un plan de explotación de la futura concesión, lo que hizo el pasado mes de junio. "Nos lo aceptaron nuestras peticiones y además nos dieron permiso para sacar a licitación el tren durante cuatro años", apunta el delegado municipal en Porto Cristo, Joan Gomila (AIPC).

Pero de nuevo todo quedó en agua de borrajas, cuando una de las empresas que se presentó al concurso alegó una serie de irregularidades en el pliego de condiciones que, claro está, tuvieron que resolverse. "Un problema no ya a nivel municipal, sino a nivel estatal, que ha hecho que no tuviéramos una respuesta hasta el pasado viernes", añade el delegado. "Estamos muy contentos de que al fin se haya llegado a arreglar todo y podamos volver a contar con el servicio. El problema es que para este verano ya es demasiado tarde". Por lo que ahora el Ayuntamiento se plantea la posibilidad de arrancar la concesión oficialmente en 2019 para que pueda coincidir con los años naturales hasta 2023.

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