Ayer tuvo lugar la presentación de la LIV Fiesta des Vermar de Binissalem. El acto tuvo lugar en Biniagual y en el marco de la fiesta del Sant Gall. La vermadora mayor, las vermadores, los vermadors, el alcalde, Víctor Martí, y el presidente de la Denominación de Origen Binissalem, José Luis Roses, ofrecieron las actividades preparadas para las próximas semanas, así como un resumen de la situación de la vendimia de este año.

El acontecimiento contó con la participación de todo el consistorio, junto con muchos binissalemers que no se quisieron perder un momento tan alegre y emotivo. En la fiesta de Sant Gall tuvieron lugar varias actividades como una misa en el oratorio, carreras de joies y otros juegos infantiles. Se obsequió con helado y coca a todos los asistentes. La presentación de la Vermada se acompañó con un concierto del grupo Cap Pela.

Todas las actividades estuvieron organizadas por el Ayuntamiento de Binissalem, la parroquia de Santa Maria de Robines, el Grupo de Esparcimiento Binitrui, la Biblioteca de Binissalem, el Casal De Cultura Can Gelabert y un buen grupo de voluntarios.

José Luis Roses destacó de la presente campaña de vendimia que laa variedades Moscatel y Chardonnay son las vque iniciaron la campaña de vendimia en la DO Binissalem, el pasado 16 de agosto, seguidas del resto de variedades blancas y tintas, locales y foráneas.

Para iniciar la vendimia, los viticultores valoran el grado de maduración idóneo, es decir, tanto la concentración de azúcares como la maduración fenólica, que determinará el momento óptimo en función del vino al que se destine esta uva, parámetros condicionados por la disponibilidad de agua y por la temperatura ambiental. Aunque nos estamos acostumbrando a épocas de sequía y a olas de calor, cada añada tiene sus peculiaridades y ésta no es una excepción.

En la comarca de la DO Binissalem, en esta campaña, se puede destacar una buena reserva hídrica acumulada durante el invierno y una primavera fría y húmeda, que han sido claves para garantizar las reservas de agua que las cepas necesitan para su desarrollo. Las lluvias de mayo y junio provocaron, en algunas zonas, la aparición de focos de mildiu, un hongo que afecta principalmente a las hojas pero que, en época de floración y cuajado de la flor, puede afectar, de manera importante, a la uva. Este hecho, ha obligado a los viticultores a estar muy pendientes de la viña para hacer los tratamientos oportunos, que han permitido controlar la enfermedad.

En los meses de julio y agosto se han registrado récords de temperaturas máximas y mínimas que aceleraron un poco el proceso de maduración del fruto, principalmente de las variedades más tempranas. Aun así, la vendimia se inició 9 días más tarde que la de 2017 y, en general lleva retraso respecto a campañas anteriores.

El mes de agosto ha sido muy lluvioso en forma de tormentas localizadas, retrasando un poco el proceso de maduración de otras variedades de uva más tardías y obligando a viticultores y bodegas a un trabajo más cuidadoso en el momento de la vendimia, con selección en campo y también a la entrada de uva en la bodega, para garantizar que la uva está sana y tiene la calidad deseada, para obtener los vinos característicos de la DO Binissalem.

La tipología de suelos de la comarca de la DO Binissalem, con gran cantidad de elementos gruesos, permiten un buen drenaje y, junto con las prácticas de cultivo y la orientación de los viñedos, son factores claves para minimizar el efecto de estas lluvias. Cabe destacar que las variedades locales, generalmente, tienen muy buena respuesta a las condiciones climáticas propias de la zona, a las que están bien adaptadas, permitiendo obtener vinos de calidad con características diferenciales y singulares de la DO Binissalem.

En general, se prevé una producción normal en cantidad, y de buena calidad.