Aunque Carlos Gardel cantara aquello de veinte años son nada, para muchos son casi una eternidad. Y es que ayer se cumplieron dos décadas de la primera marcha reivindicativa para reclamar la vuelta de la línea de tren que unía los pueblos de Llevant. Un proyecto tan ansiado, que por manido ha quedado a medio camino entre el olvido y la insatisfacción permanente.
Organizada por la Plataforma Volem el Tren de Llevant, el impulso de los hermanos Piris, el potencial del transporte público y camisetas blancas a juego, la cosa se puso en marcha. Era 1998, el año en que se 'celebraban' precisamente veintiún años del paro definitivo del servicio entre Manacor y ManacorArtà.
El día escogido fue el sábado 12 de septiembre de 1998, cuando más de un millar de personas caminaron por el antiguo trazado de vías herrumbrosas, para pedir al Govern la vuelta de los convoyes. El renacimiento del caballo de vapor y hierro, reconvertido en plástico y diésel.
Subidas y bajadas
Como si de una máquina humana se tratara, seis fueron las estaciones en las que los caminantes-manifestantes se pudieron subir o apear. Comenzando por Capdepera, que pese a que en 1977 cuando el tren fue eliminado de la comarca, no contaba ni con ramal ni con una estación, sí que se apuntó a las reivindicaciones. Siguiendo por Artà, Son Servera, Son Carrió, Sant Llorenç y Son ServeraSon CarrióManacor, cuya estación fue punto de llegada de los marxaires, a quienes varios miles de personas más recibieron ya por la tarde.
El primer tramo comenzó a las 8.30 horas en la plaza de l'Orient gabellina. Una hora y media más tarde el 'tren' llegó a Artà, antaño última estación de las viejas traviesas, desde donde comenzó el paso por las vías, especialmente aseadas de vegetación unos días antes por parte de los diferentes consistorios implicados.
Ya en Sant Llorenç la marcha se detuvo a las 15 horas para repostar sus depósitos a base de trempó, pan y queso. Una parada técnica que sirvió para que la clase política subiera los ocho kilómetros que restaban hasta Manacor, donde los manifestantes empezaron a llegar sobre las 18 horas. Tras lo cual se organizó un pequeño concierto con grupos como Ocults, Damià Timoner, Suso Reixach o Marisa Rojas.
Veinte años más tarde solamente queda, por el momento, una línea nostálgica reconvertida en vía verde por el Govern Bauzà. Ni los lentos intentos del pacto de izquierdas anterior, ni las buenas voluntades faltas de dinero del pacto actual han hecho resucitar el trazado, pese a que hace solo unos meses la propia conselleria de Movilidad presentara un Plan de Transportes en el que se incluye de nuevo la infraestructura. De momento queda el consuelo de la electrificación de la línea hasta Manacor, tal vez el primer paso de un nuevo capítulo del ferrocarril mallorquín.
