Como acto principal de las fiestas del Rei en Jaume tuvo lugar ayer por la tarde el desembarco de las tropas cristianas en la cruz de Santa Ponça. Dos embarcaciones repletas de soldados cristianos llegaron a la cruz de Santa Ponça para emprender la batalla contra los sarracenos.

Un total de 12 collas cristianas y otras tantas de sarracenas, que conforman varios cientos de soldados, participaron en esta celebración.

El Rei Jaume I ha sido encarnado este año por Joan Reynés, de la colla Berenguer de Palou, mientras que Miki Quetglas, de la colla Al Murtadá, se caracterizó como el líder de los moros, Abu Yahya.

"A por ellos"

Al grito de "a por ellos" les esperaban los sarracenos, armados hasta los dientes, pero los cristianos no se amedrentaron y desembarcaron abriéndole camino a su rey.

Después de varias amenazas por parte de ambos bandos, una terrible confrontación tuvo lugar junto a la Cruz. Cientos de soldados de ambos bandos se enzarzaron en una cruenta lucha, en la cual no se registró ni un solo herido, ante la atenta mirada de los numerosos curiosos que se concentraban en la zona.

Poco después, las tropas desfilaron por las calles de Santa Ponça, pero al llegar al Caló d'en Pellicer fue imposible evitar otra cruenta batalla, tal y como marca la tradición histórica.

El desfile de las tropas siguió ya adentrándose en Santa Ponça, donde los turistas quedaban atónitos ante semejantes ejércitos, numerosos, armados hasta los dientes y danzando sus coreografías.

A la puesta de sol y después del ball dels Escamots, fue cuando se libró la batalla final en la playa de Santa Ponça. Como era de esperar, Jaume I consiguió derrotar a Abu Yahya, lo que provocó la rendición de las tropas sarracenas.

Al anochecer los soldados han acampado en la Pinada para pasar la noche.