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Entrevista

Nofre Pons Sureda: "Yo quería ser cantautor pero mis padres querían que tuviera futuro"

El director no duda en tomar su guitarra y organizar eventos lúdicos con otros colegas en el hospital

El doctor Nofre Pons habla con una compañera del Hospital Comarcal durante una presentación de trabajo en la sala de actos del centro sanitario Maria Antònia Crespí

Pons ejerció como subdirector médico del Hospital de Son Dureta de diciembre de 1993 al 30 de septiembre de 1995. Fue coordinador de la Unidad de Curas Paliativas del Servicio de oncología del Hospital Verge de la Salut. Desde enero de 2016 ejerce de director médico del Hospital Comarcal d'Inca donde nos recibe y contesta, con su habitual hablar pausado, a nuestras preguntas.

P ¿Qué le parece, si después de haber repasado su extenso y brillante currículum hablamos más bien poco de medicina?

R Es que con los amigos casi nunca suelo hablar de medicina. ¿De qué le gustaría que hablásemos?

P Por ejemplo, ¿díganos por qué motivos aquel joven estudiante no pudo ver cumplido su sueño de ser cantautor?

R En aquellos años tocaba la guitarra y compuse tres canciones que me hicieron pensar que tenía que dejar los estudios escolares y ponerme a estudiar música para un día llegar a ser un Lluís Llach. Se lo expuse a mis padres y me dijeron: practicas periodismo, juegas al fútbol y ahora nos vienes con la música, sigue estudiando y elige algo que te garantice el futuro. Aun así, continué tocando mi guitarra y componiendo, pero ya sin pensar en lo que tanto me hubiera gustado: ser cantautor.

P ¿Quiénes eran sus ídolos favoritos en aquella época?

R Sobre todo Bob Dylan, además de los cantautores catalanes del momento; Serrat, Llach, Raimon y todos los demás componentes de los Setze jutges.

P Veo que la guitarra le acompaña hasta en su despacho, aquí en el hospital.

R Sí, tengo cuatro guitarras. Esta es una de ellas con la que acompaño a Soledad Gallardo, gerente de una inteligencia emocional, y a Concha Zaforteza que canta muy bien, y con Xisco Ferrer con el bajo, todos de "villa moqueta" como le llaman a esta zona de dirección y gerencia. Organizamos nuestros propios conciertos e intervenimos en algunos acontecimientos lúdicos del hospital.

P Su pasión por escribir, también la trasladó al periodismo como corresponsal local de un medio escrito...

R De mi pasión por escribir son culpables una serie de buenos amigos de mi juventud, como Alexandre Ballester, Jordi Soler y Tano Pomar. Quise ser escritor para un día poder firmar las dedicatorias de mis libros como lo hacía Alexandre; así, en oblicuo, de abajo hacia arriba.

P Hasta el momento ya lleva firmados Rondalles de Metges Vells, Noves Rondalles de Metges Vells, Les Venes del Mon, Contes a mig acabar. ¿En qué está inmerso ahora el Nofre Pons escritor?

R Estoy escribiendo lo que podríamos llamar unos cuentos o historietas inspirados en hechos ocurridos en este hospital. Como sabrá, todos mis libros se inspiran en hechos basados en la medicina o en la profesión médica, pero sin hablar de la medicina científica, de la que he escrito muchos artículos en libros y revistas especializadas.

P ¿Qué nos dice de su vena poética?

R A la poesía le tengo mucho respeto, la considero algo muy íntimo, la forma más descarnada de mostrar quien eres. Mire que tengo escritas 43 páginas de poemas que nadie ha visto, ni pienso publicar por ahora. Lo único que publiqué fue un soneto dedicado a Alexandre Ballester por un sentimiento muy especial.

P ¿Hablamos del Nofre Pons deportista?

R Como todo chaval de mi época intenté practicar algún deporte de competición, como baloncesto con el AJIC, fútbol en la demarcación de portero de los equipos base del Poblense, hasta juvenil y en el Mare Nostrum, atletismo en las carreras populares Sa Llego y Sa Pobla-Alcanada. Pero en el deporte que más destaqué fue en futbolín, y no es broma. En tiempos de bachiller, participando en un torneo, formando pareja con Tomeu Pericás nos mantuvimos 47 días invictos, hasta perder el primer partido frente a Tano Pomar, no podía ser otro, y Joan Venzala.

P -¿Y llega el momento de tener que elegir carrera universitaria y se decide por Medicina?

R Y sinceramente no sé por qué. Estuve a punto de decidirme por arquitectura. Se me daban bastante bien las matemáticas y el dibujo, pero al final me decidí por medicina simplemente porque admiraba a los médicos de mi pueblo, el doctor Guillermo Llompart, Guillem Torres, Tòfol Siquier Mestrés que ejercía en Búger. Con todos ellos, mantuve contactos y conversaciones personales a través de mis padres y ello hizo inclinar la balanza.

P ¿Y se especializó en oncología, en una época en la que la palabra cáncer era poco menos que impronunciable?

R Se ha ido desmitificando bastante, pero todavía el cáncer impone mucho respeto y sigue siendo motivo de preocupación. Científicamente se trataba de una especialidad transversal, que con el tiempo se ha ido transformando en especialidades más específicas. Así hay oncólogos especializados en cáncer de pulmón, mama, hígado, digestivo o cualquier otro órgano. El grado de cualquier especialidad médica es inasumible para una sola persona.

P ¿Se nos quedaba en el tintero hablar de su etapa como político en activo?

R Fui concejal del Ayuntamiento de sa Pobla de 1991 a 2003 por el PSM. Tres legislaturas en la oposición del equipo de gobierno que lideraba Jaume Font por el PP, con el que mantuvimos los más encendidos debates. El PSM local lo formábamos un grupo de amigos con unas inquietudes e ideas muy claras, encaminadas a cambiar el pueblo en el sentido urbanístico y conseguir un cambio radical en la política social; cambios que todavía no se han producido. Reconozco que el nuestro fue un trabajo muy inútil, pero no me arrepiento de aquella experiencia.

P Su currículum profesional es de fácil acceso a través de las redes sociales, ¿Pero cómo es, cómo se ve, Nofre Pons como persona? .

R Nací en sa Pobla nueve meses después de la nevada del 56. Mi abuela deseaba una niña, pero cuando vio mis atributos quiso consolarse exclamando: Bueno, tal vez será un capallanet. No me hice cura. Me hice médico, entre otras cosas, porque mi madre me enviaba a visitar don Tòfol Mestrés, médico de Búger para que me dijera si yo sería buen médico. Nunca me lo dijo, pero me contaba deliciosas historias de la profesión que me la presentaban como apetitosa y divertida, pero también dura. Me hice oncólogo porque no puedo soportar que la gente sufra.

P ¿Qué le gusta?.

R Me gusta escribir por la pequeña gran vanidad que ello supone. Y por el placer, muy esporádico, de releer un párrafo mío y comprobar que, de manera mágica, dice exactamente lo que quería expresar aquella noche vidriosa en que lo escribí. He publicado tres libros y dos medios.

P ¿Qué detesta?

R No aguanto a los maltratadores de personas, animales, plantas o cosas. No aguanto a los compradores a la grossa (al por mayor) de casas y voluntades. No aguanto a los que hacen negocio jugando con la esperanza de la gente. Creo en las personas.

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