Numerosos vecinos han criticado hoy la falta de un control de seguridad efectivo a la hora de atajar los numerosos episodios de incivismo que cerraron la fiesta de Sant Agustí de Felanitx. Un total de hasta doce comas etílicos tuvieron que ser atendidos durante la jornada en el hospital de Manacor, según ha confirmado el Ayuntamiento. Y eso pese a los controles de acceso montados en diversas entradas a la ciudad para requisar bebidas alcohólicas.

Las redes sociales han amanecido hoy con numerosas fotografías y descripciones gráficas de lo que cada uno se ha encontrado en su calle o frente a su propia casa por la mañana: desde mobiliario urbano roto hasta retrovisores hechos añicos, pasando por vómitos y orines en no pocas entradas de viviendas y garajes.

Lo que a media tarde parecía un Sant Agustí más tranquilo e incluso con menos gente que en ediciones anteriores, se transformó de noche en una historia bastante diferente. A la quema de un contenedor de papel en la calle Ernest Mestre afortunadamente sin consecuencias, le siguieron roturas de cristales en comercios y casas particulares.

Asimismo se registraron también tres grandes peleas multitudinarias que tuvieron que ser sofocadas por los agentes.

Es por ello que ahora muchos vecinos se preguntan si realmente funciona el actual modelo de fiesta de tarde y noche, basado en diversos conciertos y actos lúdicos en substitución de los toros, prácticamente único reclamo hasta hace una década cuando la plaza de la Macarena vivió su última novillada.