Como viene siendo habitual cada 28 de agosto, la fiesta y la crítica se dieron la mano en Felanitx el día de Sant Agustí. "¡Autopista no!" o "llibertat presos polítics" fueron ayer los lemas más coreados, por ejemplo, durante el paso de las autoridades políticas bajo el Palio de la peña El Cosso.

El primero dedicado a la consellera insular y responsable de Territorio e Infraestructuras del Consell de Mallorca, la felanitxera Mercedes Garrido (PSOE), por su defensa de la futura autopista entre Campos y Llucmajor. El segundo, una reacción directa tanto a las políticas del PP estatal en Catalunya, como a los numerosos efectivos de la Policía y de la Guardia Civil presentes en la plaza des Convent de Sant Agustí, que se llenó con unas 2.000 personas.

Ondearon las estelades independentistas entre urnas de plástico y una gran pancarta con el Sindicat ardiendo. Entre la vigilancia de los cuerpos de seguridad (aunque esta vez sin barreras ni helicópteros sobrevolando) el palio rojo volvió a abrirse para, en vez de dignificar a las autoridades bajarlas por un instante a la tierra donde hay que ir con ojo para no ser 'duchado'.

Los actos oficiales organizados por el consistorio para la jornada festiva empezaron a las once de la mañana con la misa solemne en honor al santo, oficio al que solamente acudieron en representación del Ayuntamiento los concejales del Partido Popular.

El equipo de gobierno de centro-izquierdas (Bloc-El Pi-PSOE) con su alcalde Jaume Montserrat a la cabeza, esperaron fuera, donde todos juntos disfrutaron de los bailes de los tradicionales Cavallets, que junto a los gigantes fueron los primeros en pasar por debajo del Palio del Cosso, punto álgido del día por el temor de que pudiera suceder algún incidente.

Después lo hicieron los políticos que este año se animaron a compartir empujones, con el presidente del Parlament, Baltasar Picornell, a la cabeza que en seguida fue, como el año pasado, llevado a hombros y manteado durante unos metros al tiempo que se pedía la presencia del rector local o se protestaba, con pancarta incluida, contra la autopista Campos-CamposLlucmajor. Los demás, Garrido, Bel Busquets o Cosme Bonet entre otros, pasaron como pudieron pero sin problemas, eso sí entre una lluvia de restos de bebidas y vigilados atentamente por la Quica, la mascota imperecedera de la peña.

Tras una década entera sin toros en la abandonada plaza de la Macarena, la tarde estuvo rellena de distintos espectáculos musicales y zonas improvisadas de botellón que la policía tuvo bajo control en todo momento.

El otro Tomeu

Ni el niño payés Miquel Montoro, ni Tomeu Penya, ni la Mucha de Sineu (aunque hubo referencias a todos ellos). No, el pregonero del Cosso de Felanitx de este año fue precisamente uno de los precursores de la antigua peña taurina reconvertida a puramente festiva, Tomeu Estelrich, quien demostró sus dotes como orador y arengador de las más de mil personas que llenaron la plaza de s'Arraval, punto habitual del pregón alternativo por antonomasia.

Un despliegue de imaginación al servicio de los más madrugadores (a las 8,30 empezó a llenarse), en el que el ritmo de las canciones Sobreviviré del Dúo Dinámico y de la reivindicativa Viva Puigdemont reinterpretada al son xeremier, precedieron la llegada de la mascota del Cosso, la Quica (una pequeña gallina disecada montada en un palo como si fuera un tótem mágico) y unas cuantas pancartas alusivas al retraso del Sindicat o la que mentaba a la exalcaldesa de la ciudad y hoy senadora, Catalina Soler, con el polémico lema 'Gora CarraixEta'.

El pregón de Estelrich estuvo trufado de recuerdos sobre la constitución de la peña, en el Sant Agustí de 1983, de la actualidad política, del rey, de Valtonyc, de la manada y del puro hecho de ser felanitxer con todo lo que ello conlleva. "Ni sa Mucha, ni en Tomeu Penya ni es ninet Montoro... es pregoner som jo... i això és el Cosso!!", finiquitó Estelrich encorbatado y entre aplausos. Minutos después y tras una interpretación algo libre del himno de Felanitx (que solo se interpreta los días de santa Margalida y sant Agustí), una gran traca sobre colgada sobre las cabezas del personal sordo a más de uno y llenó de humo la plaza de s'Arraval.