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Pioneros de la crítica a la masificación

En 1959, Màrius Verdaguer ya alertó del efecto de traer turistas en "aviones y más aviones"

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Pioneros de la crítica a la masificación

Quien piense que las críticas a la saturación turística (a las que se califica en ocasiones de turismofobia) son un 'invento' moderno alimentado por las últimas temporadas de récord se equivoca. En la década de los setenta del siglo pasado, ya había un grupo de contestatarios mallorquines englobados en el colectivo Jove Plàstica que se rebelaron contra la evolución que se observaba en una isla que había pasado de recibir 127.000 turistas en 1951 a más de cuatro millones en 1973.

En esos años, en la revista 'Neón de Suro', vinculada a este colectivo, se incluía un cómic donde varios personajes, con gesto serio, lanzaban el mismo mensaje en sueco, inglés y catalán: 'No vengáis de vacaciones a Mallorca, por favor'. Si uno se remonta aún más en el siglo veinte y se sitúa en la década de los cincuenta, puede encontrarse con reflexiones intelectuales que hablaban en tono crítico de la deriva de Mallorca a causa del turismo.

"Los mallorquines han acabado siendo [...] un pueblo de turismo. [...] Antes, cuando Dios en su bondad infinita decía a los mallorquines '¿Qué queréis, hijos míos', estos le decían: 'Señor, queremos paz, tranquilidad, buenas costumbres y una buena cosecha de almendras'. [...] Pero luego intervino el Diablo: '¿Qué queréis?'. Los mallorquines le gritan: '¡Queremos turistas! ¡Muchos turistas!'. Y el Diablo les manda barcos y más barcos, aviones y más aviones, cargados de esta mercancía [...]".Unas palabras escritas en 1959 por el autor menorquín Màrius Verdaguer, en la obra 'Un verano en Mallorca'.

Más recientemente, en 2001, el artista Santiago Sierra causó un gran revuelo con una performance en Cala Sant Vicenç. Colocó una pancarta en la que se podía leer en alemán el siguiente mensaje: 'Inländer Raus' ('Locales fuera'). El objetivo era alertar del pujante poder de la colonia alemana en Mallorca. Estos son algunos de los episodios y reflexiones que se encuentran en la exposición 'Historia del Turismo en la Serra de Tramuntana - Pasado, Presente y... ¿Futuro?', situada en el Paseo del Borne de Palma. Se trata de una muestra organizada por la entidad Tramuntana XXI. Basada en un libro homónimo escrito por Miquela Forteza Oliver, ofrece al visitante un recorrido sobre los orígenes del fenómeno turístico en la Serra.

"La exposición del Borne es una reflexión sobre la relación entre turismo y cultura a lo largo de los últimos 150 años, de cómo en algunos momentos han ido de la mano ayudándose mientras que, en otros, la relación se ha visto truncada y ambos han salido perdiendo. Ahora, debemos reconectar cultura y turismo, reflexión, planificación, ilusión y turismo", manifiesta el presidente de Tramuntana XXI, Joe Holles, que advierte del "grave peligro" que genera en la Serra la "sobreexplotación turística", un fenómeno que afecta al resto de la isla. Holles cree que una de las alternativas sería reconectar con el entorno agrícola, con las actividades tradicionales y con el "paisaje cultural". En cierta forma, una vuelta a los orígenes; esos orígenes que fueron alabados por escritores ilustres que cantaban las excelencias de la isla, tal y como se puede observar en la exposición.

Véase, sino, el siguiente párrafo del escritor catalán Santiago Rusiñol, en 'La isla de la calma'. Lo escribió en el año 1912. "Lector amigo: si estás atolondrado por los ruidos que nos ha traído la civilización, por este afán de ir más deprisa y llegar antes a donde nada tenemos que hacer; si los negocios te han llenado de números el sitio en que debieras tener lo que llamamos inteligencia; si los cines te han estropeado la mecánica de la vista, y aquel bailoteo se te ha hecho crónico y el desasosiego ya no te deja vivir, y quieres gozar un poco del reposo que merece en esta vida quien no ha hecho mal a nadie, sígueme a una isla que te diré, a una isla donde siempre reina la calma, donde los hombres nunca llevan prisa [...]; donde hasta la señora Luna camina más despacio, contagiada de la pereza. Esta isla, lector, es Mallorca; una tierra en la que, sin dormir, se puede reposar y soñar".

Puestos a soñar, Tramuntana XXI sueña con "desarrollar un modelo turístico entre todos" que ayude a preservar "lo que apreciamos de nuestra cultura", detalla Holles, que considera que se trata de un "reto alcanzable" para la Serra de Tramuntana y para el resto de la isla.

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