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El duro Montuïri de la postguerra

"Nada se movía sin el consentimiento de la parroquia, verdadera dominadora espiritual y social"

El duro Montuïri de la postguerra

El historiador montuïrer Guillem Mas i Miralles (1956) presentó hace unos días su libro Montuïri. La Postguerra (1940-52). Se trata de la continuación del anterior La Guerra Civil a Montuïri, l'esclafit de la crispació que publicó en 2001 junto a Antoni Mateu Socies.

Mas siempre recordará las palabras de Miquel Martorell Arbona Terric, quien le decía: "No puedes imaginarte. Guillem cuán duros fueron los tiempos de la postguerra. Era como tener una losa encima. No había nada".

La sensación que le transmitió l´amo en Miquel (fallecido en 2010) y autor del volumen Montuïri, 75 anys amb el cinema. 1907-1982. Evocacions d´un espectador, fue que lamentaba el tiempo que le tocó vivir y mucho más para una persona como él, que siempre quiso cultivar el espíritu. "Fueron tiempos equivocados para muchas personas de su generación", apostilla Mas.

Por otra parte, "las circunstancias en Montuïri fueron más benévolas que en muchos otros sitios. La capacidad de las tierras del término municipal de producir alimentos aligeró las enormes dificultades de la gente, unas circunstancias que, por otra parte, enriquecieron a más de uno. No obstante, en Palma, las condiciones de vida eran mucho más duras con gente que se moría de hambre por las calles, mujeres que se prostituían para dar comida a sus hijos y otros que robaban para alimentarse".

Apunta Mas Miralles, licenciado por la UIB que, acabada la Guerra Civil, comienza un largo período conocido como la postguerra, que comprende desde 1940 hasta principios de los años cincuenta. Fue la época más dura y pura del franquismo. Este período resultó incluso más duro en Mallorca que los tres años de la contienda bélica, "excepto para quienes se aprovecharon de enriquecerse a costa de los demás".

Nada ayudaba a vivir bien en aquella España dividida entre vencedores y vencidos. Los perdedores lo eran por partida doble, por recibir las consecuencias del momento histórico y por la marginación y la represión que se extendió durante años y años.

"Más que la Guerra Civil, fue la dictadura la que fortaleció la separación entre ganadores y perdedores. Debe tenerse en cuenta que los ganadores de la Guerra eran plenamente conscientes de que existían unos y otros y así lo extendieron de forma institucional, política y social hasta que Franco murió en 1975. Las décadas posteriores (50, 60 y 70) fueron una continuación, si bien las influencias exteriores y la propia decadencia del régimen las convirtió progresivamente en más relajadas".

Lo que más ha interesado al autor, "sin duda alguna", ha sido la vida cotidiana, el día a día de los habitantes de un pequeño pueblo del interior de Mallorca. Las fechas extremas (1940-1952) representan un corte aleatorio. Comprenden desde el primer año del gobierno del general Franco, hasta el final de estraperlo y del mercado negro.

Mas narra cómo los ganadores del golpe contra la democracia se instalaron en el poder, no solamente en el aparato del Estado, sino en un "Ayuntamiento subordinado al gobernador civil y al poder fáctico de la iglesia católica y de los grandes propietarios payeses del municipio".

La obra está dividida en cinco capítulos: el primero sobre la estructura humana y económica sobre la cual se sustentaba la sociedad, la política y administración pública, la forma en que los ciudadanos ocupaban el tiempo libre; y el cuarto que trata sobre el poder de la iglesia.

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