El nuevo Parc des Trenc-Salobrar de Campos (que también incluye una pequeña parte de ses Salines) no da abasto. Tal y como ya se preveía, ayer, momento álgido de la temporada alta turística, los aparcamientos se llenaron y se tuvo que poner barreras con señales de dirección prohibida a fin de restringir la circulación. Se han vivido ciertas situaciones de caos y tensión.

En el caso de ses Covetes, en torno a las once de la mañana los dos encargados de controlar la zona azul ORA tuvieron que poner una barrera al comienzo del camino que conduce al núcleo, a causa de que las aproximadamente 300 plazas de estacionamiento existentes ya estaban ocupadas. Solo se dejó entrar mayoritariamente a vecinos con residencia en ses Covetes, empleados y transportistas y clientes de los restaurantes.

Los encargados de la ORA fueron repitiendo constantemente la frase "the parking is full" y dando indicaciones de alternativas, como "sa Ràpita 3 kilómetros" o "la Colonia, siete kilómetros". Algunos turistas mostraban su decepción al no poder llegar a ses Covetes.

El frecuente paso del bus lanzadera con bañistas en su interior, habiendo algunas colas de vehículos, y una ambulancia a raíz de una emergencia, creaba puntuales escenas de nervios. También se vio a la Policía Local de Campos. A su vez, cabe apuntar que la colocación de otra barrera en la carretera de sa Ràpita, en el desvío hacia ses Covetes, con una señal de prohibición y el aviso de que el parking estaba hasta los topes, no era respetada por cientos de conductores.

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Colapso de vehículos para llegar a las playas de es Trenc y ses Covetes de Campos

Muchos ciudadanos temen que el caos se apodere de ses Covetes, recuerdan incluso el drama reciente de Grecia, y reivindican al Ajuntament de Campos, Consell de Mallorca y Govern balear que reflexionen urgentemente y lleguen a acuerdos a fin de asegurar la seguridad, la preservación medioambiental y la viabilidad económica de los negocios. El retraso del nuevo aparcamiento para unos 500 coches, a habilitar al inicio del camino de entrada a ses Covetes, en el punto de mira.

Y en es Trenc, en torno a la una del mediodía también se tuvo que poner una barrera con señal de dirección prohibida, justo al comienzo del camino, en la carretera de la Colònia. Un informador de Tragsa fue dando constantes explicaciones a los conductores. El polémico, privado y caro aparcamiento privado de ses Arenes (unas mil plazas), saturado. Solo se dejó pasar a visitantes que se dirigían a la histórica salinera o al controvertido restaurante de es Trenc, entre dunas, que también dispone de aparcamiento.