Fornalutx celebrará durante la segunda semana de septiembre sus fiestas patronales que tendrán en el correbou su acto más destacado. Se celebrará el 7 de septiembre y, por segundo año, seguirá el nuevo itinerario que se instauró en la pasada edición con el fin de esquivar las prohibiciones impuestas por la ley de toros a la balear.

Así, el animal descenderá hasta el centro del pueblo por las escalinatas de la iglesia, un recorrido que en 2017 fue especialmente peligroso por la aglomeración de gente, la escasa anchura de la calle y por lo resbaladizo del pavimento. Una fuerte tormenta acabó de complicar el estreno del nuevo formato del correbou.

De acuerdo con la normativa que entró en vigor el pasado año, el toro que protagonizará el encierro será de raza mallorquina (manso) y estará atado a una única cuerda que estará ligada a un cabestrillo. Hasta estos cambios, el animal iba atado por su cornamenta y realizaba un recorrido desde s’Alqueria hasta la plaza del pueblo.

Asociación de Criadores

Tras finalizar el correbou, el animal deberá regresar a la granja de procedencia y no podrá ser sacrificado, como venía siendo tradición hasta el año pasado. El animal será protagonizado por un astado de la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Mallorquina.

La celebración del correbou estuvo a punto de desaparecer en 2017 por la polémica desatada con la nueva ley de bienestar animal, ya que las entidades animalistas se oponían a su continuidad alegando maltratos al toro. Fornalutx consiguió mantener la excepcionalidad de un festejo que es único en Balears. Pero para mantenerlo se tuvieron que introducir cambios, que en su primera edición lo hicieron más peligroso que en su recorrido habitual.