Esta semana se han divisado muchos peces muertos, supuestamente por asfixia, en la desembocadura del torrente de Son Bauló, junto al núcleo costero de Can Picafort (Santa Margalida). Se trata de mújoles o lisas (Mugil cephalus), un pez muy común en las aguas costeras de toda Mallorca. Está bien adaptado debido a sus características, que le permiten soportar temperaturas elevadas, salinidades variables y ciertos niveles de contaminación orgánica, aunque al rebasarlos se produce el fenómeno que se aprecia estos días en Can Pîcafort.

El alcalde del municipio, Joan Monjo, ha explicado que "la razón primera de la mortandad es la falta de oxigeno en el agua". Esa falta de oxigeno se achaca a las elevadas temperaturas, que favorecen una evaporación rápida ya que en estos momentos el agua se encuentra encharcada, sin salida al mar.

Pero, no obstante, el alcalde apunta a la existencia de una elevada concentración de materia orgánica en la desembocadura, "no sólo por aporte natural del flujo de agua del torrente sino por un emisario de agua depurada de la planta de Platja de Muro". Esa concentración de materia orgánica estaría, según la versión municipal, haciendo que proliferen microorganismos que ayudan a empobrecer el agua de oxígeno.

El alcalde explica que esta mañana, con permiso de la Conselleria de Medio Ambiente, una retroexcavadora ha practicado un acequia en un lateral de la playa que se forma en la desembocadura del torrente. "Mediante esta acequia se ha comunicado el mar con la zona de agua embalsada y favorecido el aporte de agua fresca a la par que una salida para las lisas hacia el mar", explica Monjo.

Esta mortandad de peces suele darse casi cada año cuando se produce una ola de calor similar a la de la semana pasada. Es habitual también observarla en la desembocadura de s´Albufereta (Alcúdia) cuando queda cegada por el aporte que hace el mar de arena y restos de posidonia.