Acaban de cumplirse 85 años del comienzo de las obras de instalación de las arterias y venas artificiales que discurren bajo la epidermis de las calles de sa Pobla, por las que fluye el agua potable para abastecer a los hogares y otros servicios públicos y privados de la población. Así sa Pobla sería pueblo pionero en dotar a sus moradores con el servicio de agua potable.

El proyecto empezó a gestarse dos años antes, el 18 de julio de 1931, según consta en el acta del plenario celebrado aquel día: "Acto seguido se dio cuenta del expediente de urgencia formalizado para la construcción de una torre depósito de sección cuadrada con un depósito superior de hormigón armado (?) por ser perentorio y de urgente necesidad surtir de agua, abrevaderos, edificios públicos y más tarde al vecindario..." (sic).

Era tal el empeño puesto por el consistorio presidido por el doctor Miquel Serra Siquier, es Metge Duet, en aquel ambicioso e ilusionante proyecto, que en la misma reunión plenaria se acordó: "Aprobar el expediente de urgencia para la realización de dichas obras, y en consecuencia verificar las obras por administración...", así como la memoria, planos y presupuestos de las obras redactados por el arquitecto Francisco Casas.

Torre

La torre del agua, que hoy constituye un elemento arquitectónico emblemático en el entorno de la población con sus 25 metros de altura, se levantó, junto al pozo de 25 metros de profundidad, que, al mismo efecto de distribución de agua potable, se había perforado manualmente en la "porción de terreno situada en el ensanche de esta villa y en las inmediaciones de la Escuela Graduada", de ciento dieciséis metros cuadrados de extensión.

Terminados los trabajos de construcción de la torre, la sociedad Explotaciones Hidráulicas SA y el Ayuntamiento de sa Pobla, con fecha 8 de mayo de 1933, firmaron las bases para la explotación, por parte de dicha sociedad del suministro de agua a la villa en la cantidad de cien litros diarios por habitante. Asimismo se puntualizaba que "dicha agua deberá reunir las condiciones que exigen los reglamentos vigentes desde los puntos de vista químico y bacteriológico."

En el contrato se calculaba que el primer año se suministrarían treinta y seis mil quinientos metros cúbicos de agua, que a razón de 55 céntimos de peseta el metro cúbico, sumaría la cantidad total de veinte mil setenta y cinco pesetas, importe del primer año de suministro.

Otra de las condiciones del contrato, especificaba que la empresa explotadora instalaría a sus expensas las máquinas necesarias para elevar el agua, construiría los depósitos de almacenaje e instalaría los aparatos depuradores y construiría la red de distribución "según proyecto que se someterá a aprobación del Ayuntamiento." Se estimaba el coste total del referido proyecto en la cantidad de ciento noventa y cuatro mil pesetas.

En otro apartado del contrato se hacía constar que el Ayuntamiento se reservaba, del pozo existente en el solar, el agua que se necesitaba para consumo de la casa consistorial, matadero, carnicería pública y pescadería, cementerio, escuelas nacionales, casa cuna y "demás establecimientos de beneficencia, y además un caudal de veinte mil litros diarios por término medio para riego e higiene públicos."

El contrato de explotación firmado entre el Ayuntamiento de sa Pobla y la empresa Explotaciones Hidráulicas S.A., por espacio de setenta y cinco años, también comprendía el acuerdo entre ambos contratantes, que "Explotaciones Hidráulicas construirá asimismo la red de alcantarillado y la estación depuradora de aguas".