El Dimonió hace décadas que habita por los museos de sa Pobla, primero en el etnológico y ahora en el d'Art contemporàni. Nadie sabe que es ni quien es esa extraña diabólica figura, con cuerpo de pez y monstruoso y repugnante rostro. Contemplando tan extraña figura, se observa perfectamente que la parte inferior de su cuerpo corresponde a un pez disecado con su cola, sus aletas y la espina que corona su espalda. Su torso presenta una figura más humanoide con sus extremidades superiores y un cráneo de configuración humana si nos fijamos en su nariz, boca, dentadura, ojos y orejas; todo está diabólicamente deformado. Su posado, entre chulesco y burlón, parece expresar cierto desafío a que sea contemplado.
Si bien el Dimonió de sa Pobla, como figura bautizada, no ha sido sometido a ningún estudio científico, todo parece indicar, por lo que sobre él se ha dicho y escrito, que se trata de la broma macabra de un taxidermista del siglo XIX. Un trabajo 'terroríficamente' perfecto, desde luego.
Señores 'bufarers'
El escritor y Cronista Oficial, Alexandre Ballester, dijo en cierta ocasión conocer parte de su historia. Contaba Ballester que tan misteriosa figura era propiedad de Joan Serra, Goet, un personaje pintoresco, escribiente oficial de notaría, aficionado a la pintura. Serra habría heredado la extraña figura de su padre, el popularmente célebre Doctor Ramón, que perteneció a una de aquellas sagas de senyors buferers. Y aquí, tal vez entra en escena una más de las muchas leyendas alrededor del Dimonió y s'Albufera. Se hablaba de ruidos extraños y de la captura de exóticos animales acuáticos, salidos del fango de los canales y de las praderas de cañizo del extenso humedal en las noches de luna llena, mientras los pescadores, silenciosamente, estaban inmersos en sus tareas de pesca y captura de la fauna propia del lugar.
Apunta un escrito que la obra en poder del actual coordinador del Museu de Can Planes, Martín Scala, que acerca del Dimonió, "se plantea la duda sobre su aparente relación con los extraños grabados, de paradero desconocido, que fueron encontrados en la casa del ingeniero Bateman, situada en la calle Gran, en los que aparecían peces alados, dotados de cabeza humanoide".
Rescatado
Recuerda Scala que "de niños, solíamos ir a visitar, a escondidas, una dependencia del Museo Etnológico en la que se exponían diversos animales disecados, entre los que se encontraba el Dimonió, que era el que nos llamaba más la atención". Scala añade, sobre el actual cobijo del extraño animal que éste fue rescatado por él mismo, hace nueve años del almacén donde fueron depositados los objetos que constituían el desaparecido Museo Etnológico, hace unos 25 años.
Como actualmente el Museu de Can Planes está sometido a obras de acondicionamiento, y su fondo histórico-artístico en proceso de catalogación, el Dimonió no se encuentra expuesto, pero si se custodia con cautela hasta su regreso a un lugar o dependencia adecuada.
Y desde allí, sobre su pedestal, desde su nueva tribuna museística, el Dimonió de sa Pobla, seguirá despertando curiosidades y creando interrogantes sobre su inconcreta identidad.
