El pleno ordinario del ayuntamiento de Llucmajor celebrado hoy, miércoles, ha tratado un proyecto de lo más necesario: la reforma de la residencia de mayores. En concreto, se elevaba a pleno la aprobación del convenio de colaboración con el Consorci de recursos sociosanitaris i assistencials de les Illes Balears, "para la reforma y adaptación de la residencia de la tercera edad de Llucmajor".

Ello se traduce en que el Govern balear y el consistorio llucmajorer invertirán 1.150.000 euros en las obras de reforma de la residencia del municipio, ubicada en la calle de la Font, 49 y en el inmueble anexo de la calle Sant Miquel, 54. "Estos dos edificios fueron objeto de diferentes ampliaciones en los años ochenta", detalla el propio Ayuntamiento, dirigido esta legislatura por el PSOE, Més y El Pi.

El objetivo de esta ambiciosa intervención "es adaptar la residencia a la normativa vigente a fin de poderla incorporar a la Xarxa Pública d´Atenció a la Dependència y, de esta forma, que el servicio pase a ser gestionado por el Consorci de Recursos Sociosanitaris i Assistencials de les Illes Balears".

El Consorci asumirá el 75% de la inversión y el Ayuntamiento, el 25% restante. En el pleno, el PP, en la oposición, realizó varias preguntas referentes a qué personas podrán ser las usuarias, qué pasará con el personal laboral y el patronato, las actuaciones urbanísticas, etc. Al final, todos los partidos votaron a favor.

Maria Antònia Gil (El Pi), regidora de Atención Social, explicó: "Hemos recibido muchas inspecciones en la residencia y ninguna de ellas nos auguraba futuro ya que el edificio no cumple casi ninguna normativa en materia de seguridad, especialmente las referentes al acceso de vehículos de emergencias".

El proyecto prevé precisamente el derribo del edificio de la calle Sant Miquel, 54, para dar facilidades a los vehículos de emergencia y de suministros. Y se contemplan toda una serie de mejoras asistenciales, gestión a cargo de la Xarxa y mantenimiento de la titularidad municipal del inmueble.

Asimismo, se adaptarán once plazas de la residencia a la normativa vigente de centros residenciales para personas mayores dependientes. De este modo, la residencia pasará a tener un total de 34 plazas, seis menos que las que tiene en la actualidad, "a consecuencia de la mejora asistencial". Mientras se ejecuten las obras, los residentes, en estos momentos hay 26, se irán reubicando en las plantas superiores. Cabe apuntar que el edificio cuenta con planta baja, primer, segundo y tercer piso.

Gil destaca que "el hecho de que la gestión de la residencia pase a la red de dependencia es muy importante básicamente porque nos permite que la gente que ahora está en la residencia pueda continuar estando ya que sino la única salida era cerrar, con la aprobación de este convenio seguimos la Ley para no tenerla que clausurar".

El Consorci entregará el inmueble "completamente listo con el certificado final de obra de la dirección facultativa y cédula de habitabilidad y con las instalaciones, equipamiento y mobiliario necesario para su inmediata entrada en servicio".