Una nueva plaga acecha ya al campo mallorquín, sin que se haya repuesto aún de los estragos ocasionados por la xylella fastidiosa. En esta ocasión, el factor amenazante tiene la forma de una oruga peluda, cuyo nombre científico es lymantria dispar. Afecta a las encinas, comiéndose las hojas. No mata al árbol, que puede regenerarse. Sin embargo, como explicó este martes el conseller de Medio Ambiente del Govern, Vicenç Vidal, si la encina sufre varios episodios seguidos de afectación, sí que puede generar un mayor impacto.

A efectos de sumar el máximo número de apoyos en la lucha contra esta plaga, que de momento afecta sobre todo a municipios del Pla de Mallorca y de la Serra de Tramuntana, la Conselleria organizó ayer por la mañana en la sede de la Federació d´Entitats Locals de Balears (Felib) una reunión con representantes de los municipios afectados, de cara a concertar una acción común contra la oruga peluda.

El conseller Vidal -acompañado por la jefa de servicio de sanidad forestal, Sandra Closa- explicó que la superficie afectada asciende a las 4.000 hectáreas. En este sentido, una de las primeras medidas llevadas a cabo por Medio Ambiente, junto a la instalación de trampas, ha sido la elaboración de un mapa de afectación en los municipios.

Municipios afectados

Según la información que proporcionó la Conselleria, los municipios de Costitx, Inca, Sineu y Llubí fueron los primeros afectados durante el mes de mayo. Después, se expandió a Lloret, Sant Joan, Muro, Algaida y Vilafranca, así como a localidades de la Serra de Tramuntana (Valldemossa, Esporles y Bunyola). La plaga, además, se detectó este año en Menorca.

En declaraciones a los medios, el conseller señaló que el objetivo de esta reunión era informar a los ayuntamientos de las actuaciones realizadas este año, como la instalación de 130 trampas para el control de la especie en Mallorca y en Menorca.

Otro de los puntos en el orden del día consistía en consensuar las medidas que se adoptarán el año que viene para evitar que la plaga se extienda aún más.

Cuando se le preguntó cómo afecta esta especie a los árboles, Vidal quiso "dejar claro" que no los mata, sino que se comen las hojas. "Con el tiempo, el encinar puede recuperar sus hojas", dijo. No obstante, reconoció que, si esos episodios de defoliado, se suceden puede generar un impacto en el encinar.

De hecho, en la página web del Servicio de Sanidad Forestal del Govern, se habla de los daños que causa la oruga peluda: "No es frecuente que los árboles mueran como consecuencia del ataque, pero, si éste coincide con circunstancias adversas puede producirse la desaparición de numerosos ejemplares".