La playa de Can Picafort y la de Can PicafortSon Baulóse quedarán sin carpas de masajistas este año. Costas ha denegado el permiso al Ayuntamiento de Santa Margalida, que se queda sin poder adjudicar la concesión.

El mes de junio se habían instalado ya dos de las carpas que iban a albergar el servicio con la intención municipal de regularlo y evitar la proliferación de oferta ilegal de masajistas, generalmente chinas, que ofrecen sus servicios a los bañistas de forma ambulante. El Ayuntamiento había convocado ya la licitación y tenía resuelta la propuesta de adjudicación.

El organismo estatal negó la autorización en base a un artículo de la Ley de Costas que establece que "únicamente se podrá permitir la ocupación del dominio público marítimo terrestre para aquellas actividades o instalaciones que, por su naturaleza, no puedan tener otra ubicación".

Joan Monjo (El Pi), alcalde de Santa Margalida, explica que "Costas, al negar que no se pudiese ofrecer este servicio en Can Picafort está actuando en contra de sus propios actos pues con anterioridad lo autorizó, y además lo tiene autorizado en otras muchas otras playas, no sólo de Mallorca sino de todo el litoral español". No obstante, sostiene que acata la orden pero que "al negarnos la posibilidad de regular este servicio lo que se está haciendo es dejar el campo libre para que prolifere la oferta en negro". El ayuntamiento de Santa Margalida había instaurado este servicio para regular la actividad y combatir la oferta ilegal que se está llevando a cabo cada año sobre la playa. Es exactamente lo mismo que ha llevado a cabo el municipio vecino de Muro, según ha informado el alcalde de este último, Martí Fornés (Convergència Democrática Murera).

Trabajadores de distintos servicios de Platja de Muro y de Can Picafort han informado a DIARIO de MALLORCA de la existencia de una elevada oferta ilegal de venta de artículos como pareos o gafas de sol así como de servicios de masajistas chinas.

Sanidad

Este diario ha podido comprobar personalmente la afirmación de los trabajadores. Varias masajistas orientales fueron localizadas el mismo día en la playa grande de Can Picafort ofreciendo sus servicios a los turistas. Estas mujeres prestan su servicio al usuario en la misma toalla en la que toma el sol, sin garantía sanitaria, mientras que la oferta regulada por el Ayuntamiento se lleva a cabo en camillas homologadas, con productos sanitariamente comprobados y autorizados, y por masajistas titulados.